Al segundo día en la tierra de los canguros, fuimos a conocer el Jardín Botánico a primera hora de la mañana. Sinceramente no conozco absolutamente nada de arboles, plantas o similares (además de que en mi vida debo haber recorrido más de quinientas veces el Botánico del Prado dado que estaba enfrente a la escuela y liceo a los que asistía), por lo que se podría decir que me embolé bastante allí y no puedo agregar mucho respecto a si era bueno, lindo, completo y/o recomendable para ser visitado por gente amante de la botánica.
Luego del paseo floral, fue tiempo de darnos uno de esos gustos que seguramente quedarán en mi retina y oídos como un recuerdo inolvidable: Ir a ver un espectáculo en el Opera House mismo.
En compañía de Beto elegimos ir a ver “Tchaikovsky at the ballet”. Ignorantes nosotros, en un primer momento pensamos que íbamos a ver un ballet propiamente dicho, lo cual nos hacía proyectar más de una cargada de nuestros recios amigos, tanto de Uruguay como aquí en el viaje. Nada nos importó y parados en puntitas de pie fuimos en busca de esos tickets que nos permitieran conocer desde dentro tan mítico lugar.
Obviamente pensamos desde un primer momento en adquirir las entradas más baratas que hubiese, imaginándonos viendo el espectáculo desde lo más alto y con binoculares para poder divisar algo de lo que ocurría debajo en las tablas. Pero nuestra incansable obsesión actual de buscar descuentos hasta abajo de las piedras no cesó ni siquiera allí, y las gestiones prosperaron obteniendo entradas en un lugar preferencial gracias al viejo y querido Carnet de Estudiante (sumado a un chamullo en spanglish berreta que creo nos hizo pagar más de lo debido).
Rodeado de un público con promedio de edad de 103 años, finalmente no era un ballet lo que vimos sino a la Sinfónica de Sydney a pleno. Con el escenario en el centro y la sinfónica rodeada con más de 2.000 personas en las gradas, sin amplificación alguna pudimos disfrutar de un espectáculo increíble tanto en lo visual como en lo sonoro. Igualmente algo en lo que coincidimos con beto, es que nuestro Teatro Solís no tiene nada que envidiarle al "Opera", al menos en lo que refiere al aspecto estético que tiene nuestro escenario. Considero que muchas veces este tipo de viajes que nos hacen estar lejos por un tiempo, nos sirven para valorar las cosas que tenemos en casa, y esto se podría decir que fue un ejemplo más de esto.
La primer parte era curiosamente una adaptación de tangos hecha por Osvaldo Golijov, “Last Round”, inspirada en la obra del gran Astor Piazzolla. Notable guiñada del destino, más con la admiración que tengo respecto al tango. También interpretaron “Nights in the Gardens of Spain”, en este caso con la participación de un reconocido pianista (al menos para ellos), Steven Osborne, que cerró una primera etapa sumamente disfrutable desde todo punto de vista.
Luego de tomarnos unos cuantos litros de agua en el intervalo (dado que era gratuita), volvimos a nuestras butacas para disfrutar de la segunda sección del concierto. La misma comprendía las partes más destacadas de “Swan Lake” y “Nutcracker”, ambas del mencionados Tchaikovsky. Música de ballet, con un gran vuelo sustentado por el carisma del director de orquesta (Andrew Grams) y por una excelente interpretación de la sinfónica, según mi humilde y poco calificada opinión.
Luego de salir recargados de energías del Opera, decidimos salir a caminar por las calles de Sydney e ir a visitar el Museo de Maddame Tusseau. En el mismo se exponen replicas en cera y tamaño real de una gran cantidad de personalidades locales e internacionales (Obama, Mandela, Marilyn Monroe, Brad Pitt, Johnnie Depp, Einstein, por mencionar algunos de los tantos). Nos sacamos unas cuantas fotos para recordar que estuvimos “casi” cerca de esa gente famosa y realizamos un paseo en Monorail para conocer una parte de la ciudad desde allí (esto último pelea pelo a pelo con la compra de una remera en Nueva Zelanda que me quedó de “Top” luego del primer lavado, como los usd 5 más mal gastados desde que estoy en el viaje).
A la noche recorrimos el barrio de Darling Harbour. Es una zona de muchos bolichitos, digamos bastante coqueta, y que muestra una gran vista de la ciudad como fondo. Nos fuimos a tomar unas cervezas al "Hard Rock Café" aprovechando que estábamos a tiempo del Happy Hour, y luego de admirar unas cuantas piezas de muchos de nuestros referentes musicales decidimos ir a nuestra segunda casa en Australia: Mc Donald’s.
Estuvimos casi tres días en Sydney, dado que de quedarnos por más de 72 horas debíamos pagar Visa a efectos de poder permanecer en el país. Caminamos mucho, nos impresionamos, conocimos una ciudad impresionante que destila glamour a cada paso que uno da por sus calles entre su gente. Más allá de que uno probablemente siempre se quede con ganas de estar más días en los destinos que visita, considero hicimos un buen pantallazo de lo que esta ciudad increíble tiene para ofrecer. Un gran recuerdo, un lugar para los mejores elogios.
Jajaj me mató lo del agua!! Bien de Uruguayo garronero! jajaj Bueno disfrutá bali por mi, alquilá una tabla o Morey y surfate algunas por mi. Ojo el coral que corta e infecta! Y acordate qeu es todo regateo por esas zonas! Asi que a lo tuyoooo!! Un abrazo Germán.
ResponderEliminarComo 2 litros a la carrera, jeje. En bali no pude meter esas olas porque estuvimos recontra corriendo y metimos bastante Islas Gili. Quedó en el debe, pero probablemente haya revancha en algún otro destino. El regateo es increible, son terribles fantasmas, pero vengo sin compras aún. Igual la ropa de surfing si bien estabba más barata q en Uruguay no era un regalo. Vi el otro msj en la otra entrada, he metido bandera si (inclusive un mono en el Templo de Bali casi me pela la de Uruguay), dps cuelgo algo. Abrazo grande brother, conseguime esa entrada con Luisito que el 29 de julio estoy en Wembley viendo a la celeste olimpica!!
EliminarSabelo!!! Ya nos ponemos en campaña a ver si se la juega con unas entradas!! Abrazo!
EliminarUN PIRE LA ESTRUCTURA DE LA OPERA HOUSE!
ResponderEliminarTchaikovskY DE LO MEJOR!!!
A FULL BRO!
PD: En el museo de cera no habia una réplica del Negro Dario Rodríguez manoteandole el ganso algun jugador adversario???
jjAJAjAJajJAJAJajajjajajajaaaaa
Jajajaja,terrible!!! No resiste ni la cera eso! Le pusimos a Di Caprio la de Forlán nada más, medio maracaibo el cuadro,je.
EliminarEl Opera increible,seguramnente lo hubieses gozado a full. A ver si te veo en las tablas algún día y puedo volver de garronazo a Sydney que es increíble.
Hay que viajar brothers, abrazo grande!