domingo, 13 de mayo de 2012

Sexto Destino - Beijing y Shangai, China

Llegamos a Beijing en la madrugada del 6 de mayo, un lugar que generaba muchas interrogantes respecto a lo que allí nos encontraríamos. Una cultura totalmente diferente, pero con el agregado de las dificultades de comunicación que intuíamos podían presentarse en nuestra estadía. No sólo implica una barrera la falta de dominio del inglés de la gran mayoría de chinos con los cuales teníamos que interactuar (ni una palabra hablan muchos), sino que además había que sumarle que no entendíamos siquiera sus letras como para poder ubicarnos y movernos en tan inmensa ciudad.


En el aire se percibe una gran contaminación producida mayoritariamente por la inmensa cantidad de automóviles que transitan por sus calles, sumado a la presencia de fabricas que maltratan incansablemente a la madre naturaleza día a día. El Smog cubre el cielo de la ciudad y se hace imposible apreciar el color celeste del cielo aunque el día se encuentre despejado.

Nos hospedamos en “Santilum Youth Hostel”, el cuál es sumamente recomendable desde todo punto de vista: económico, comodidad, higiene, onda, ubicación, además de la gran amabilidad y calidez de la gente que allí trabaja.

Cuando nos encontrábamos en el aeropuerto de Puerto Princesa dispuestos a embarcar rumbo a China, nos había llegado la desagradable noticia de que un grupo de amigos habían tenido un accidente automovilístico importante camino a La Gran Muralla y varios terminaron lesionados. Fractura de costillas, clavícula y pies, eran el parte que tenían algunos de ellos, lo cual implicó una gran tristeza y preocupación por saber cómo estaban realmente y buscar ayudarlos en lo que nos fuese posibles a nuestro arribo a la capital china. Por tanto, ni bien amanecimos fuimos hasta su Hostel, dado que ya habían sido dados de alta, para interiorizarnos sobre su estado de salud y tenderles la mano para lo que necesitaran. Según ellos mismos “nacieron de nuevo”, por lo que esperamos ahora su pronta recuperación y reencontrarnos en la parte grupal para poder disfrutar este viaje por el que tanto hemos luchado por poder concretar. 

Luego de la visita a nuestros amigos, dado que era tarde y nos iba a ser imposible llegar hasta el “Summer Palace”, decidimos hacer un cambio de planes de nuestra idea primaria e ir a  visitar el “Templo del Cielo” en compañía de Ceci y Claudia. Este templo es uno de los más grandes de toda China, habiendo sido el mismo construido en el año 1420 y utilizado por los Emperadores de las dinastías Ming y Qing para orar por las cosechas que pretendían obtener y agradecer por los frutos luego obtenidos. Fue una visita sumamente disfrutable por el contenido histórico que el mismo alberga, así como también por las obras y el espacio verde que adorna el Parque en el cual se encuentra situado.


En la noche nos trasladamos hasta la Villa Olímpica, que ha quedado intacta desde las olimpiadas celebradas en Beijing en el año 2008. Para ese evento el gobierno chino había realizado una inversión millonaria del entorno de los cuarenta y cuatro mil millones de dólares (cifra record para los Juegos Olímpicos), además de haber sido el mismo objeto de diversas críticas relacionadas a la contaminación de la ciudad y a la violación de derechos humanos de parte del gobierno de ese país, entre otras. Como atractivo turístico es una interesante visita, ver algunas de las obras que se hicieron para la ocasión y disfrutar de una cara distinta de la ciudad.




Al día siguiente visitamos la Ciudad Prohibida, así bautizada debido a que alli sólo podia ingresar el emperador y contadas personas debidamente autorizadas por él, además de su esposa y concubinas (que por cierto eran muchas).  La misma comenzó a construirse en el año 1406, en donde fueron necesarias para ejecutar semejante obra más de un millón de personas, entre arquitectos, obreros, pintores y otros.  Fue declarada Patrimonio de la Humanidad en el año 1987 y también declarada por la UNESCO como el mayor conjunto de construcciones antiguas en madera de la actualidad.


Al transitar el kilómetro de distancia que implica recorrerla, se respira una fuerte carga histórica y ancestral dentro de sus muros. Si bien se observa en algunos puntos que ha sido objeto de una fuerte restauración destinada a fines turísticos, no deja de ser un punto clave para intentar entender, al menos en parte, los orígenes de la cultura china. El recorrido lo hicimos en compañía de un guía que contratamos para que nos muestre parte de la ciudad, de nombre artístico Frank, con el cual tuvimos una relación amistad-odio-amistad que ahondaré en otra oportunidad. Nos contó diversas anécdotas y relatos respecto a la ciudad, e intentó trasladarnos el significado histórico que para los chinos tiene este lugar.

 

A la noche fuimos al Mercado de Seda ("Silk Market") en donde vivimos de cerca la experiencia divertida, poco creíble y por momentos agotadora, del regateo. Imaginen una gran Expo de 5 pisos en donde nada vale lo primero que te pretenden cobrar, llegando inclu sive a pagar menos del 10% de lo pretendido por los hábiles vendedores. Calculadora en mano se va "negociando" el precio hasta llegar al acuerdo de partes, el cual puede llevar hasta 20 o 30 minutos por una diferencia de 10 yuanes (algo así como 30 pesos uruguayos). Lógicamente los productos que venden son imitaciones de las marcas tradicionales, aunque en la inmensa cantidad de casos de una calidad sumamente parecida a la original. Muchos compañeros y compañeras perdieron la brujula con las compras, y se vieron obligados/as a adquirir valijas extra o bien a mandar encomiendas a Uruguay para no tener que pagar exceso de equipaje en los aeropuertos próximos. Pensé primariamente que las mujeres eran las peores en el rubro, pero hubo sorpresas a gran escala.

Al día siguiente fue tiempo de ir por la mayor atracción que nos generaba Beijing: "La Gran Muralla". Llegamos en un tren local hasta el mítico lugar acompáñados nuevamente de nuestro guía, y en el camino se comenzaron lentamente a divisar los primeros tramos de tan increíble construcción. Se calcúla que la muralla tiene más de 8.500 kilómetros de extensión, y que la misma es la única obra humana capaz de ser divisada desde la luna msima. Poder subir los escalones y rampas que hay dentro de ésta, implica un esfuerzo físico importante, el cuál puede ser dosificado según las necesidades de cada uno respecto a seguir avanzando a lo largo de la misma y verla desde un lugar diferente. Una experiencia inolvidable y largamente anhelada la de poder contemplar esta maravilla por un largo rato, de poder perder la vista en los interminables muros que se perdían en el horizonte y de sentir el peso de la historia estando presente en un lugar tan emblemático para China y el mundo entero.


Esa misma noche, la última en el Hostel, nos habíamos propuesto tocar algunos temas allí y proseguir con nuestros Shows a lo largo y ancho del mundo. El ambiente era el ideal y además contaban con otra guitarra disponible y percusión para usar libremente. Beto hizo las gestiones de rigor, y allí estábamos nuevamente los tres frente a un público compuesto por gente de diversas nacionalidades, disfrutando de algo que tanto amamos como la música. El resultado fue de otra noche para el recuerdo, con la gente agitando y aplaudiendo cada tema. El encargado y el personal del hostel nos agradecíeron por el momento generado, y nos agazajaron con varias cervezas gratis que disfrutamos hasta que el lugar cerró sus puertas.

Al día siguiente partimos a bordo de un Tren Bala destino a Shanghai. El mismo transita a una velocidad promedio de trescientos kilómetros por hora, e hizo que en menos de cinco horas estuviésemos en la ciudad mencionada.

De Shanghai pocas cosas que contar respecto a esta ciudad. Sinceramente ha sido de los pocos destinos que no me generó un atractivo relevante en lo que refiere a sus paisajes, cultura y su gente. Lo más lindo de haber estado allí, fue el hecho de haberme podido encontrar con mi prima Vale que por trabajo se encontraba en esas tierras. Siempre es emocionante reencontrarte después de un tiempo con gente querida estando lejos de casa, y cuando es con la familia a tantos miles de kilómetros más aún. Una cena espectacular y previamente pudimos disfrutar lo más recomendable de Shanghai que es la Bahía adornada con unas increíbles luces que la visten como una ciudad moderna y del Siglo XXI (al menos en esa zona). Realemente impactante.


Para cerrar, un párrafo aparte para la gente de China, alias "los chinos". En líneas generales me pareció gente maleducada, ventajera, atropellada, insportablemente gritona  y que no respetan prácticamente nada de normas de tránsito y de convivencia en comundidad en lineas generales. Como en todo, hay excepciones de gente humilde, laburadora y sumamente simpática, como la del Hostel en Beijing y otras tantas que hemos tenido el gusto de compartir momentos juntos.

感謝中國

2 comentarios:

  1. Que grande!!! Asi te quiero ver luciendo la gloriosa en los cofines mas remotos del mundo!! Por otro parte lindo verlos juntos a los dos que no habían metido muchas fotos los dos solos. Que locura esa muralla! Ojala esas fotos sean presagio de los que va a pasar el domingo qeu viene y que nuevamente los clave UN CHINO!!! Un abrazo de gol para vos, Ceci y Diego. Los putos nos pusieron 350 la colombes, pero ahí estaremos dejando la garganta por uds dos. Nacional nomá!!!

    ResponderEliminar
  2. y efectivamente LOS CLAVO UN CHINOOOO!!! AJAJAjjaJAJAJAJAJAAAA
    NACIONAL!

    ResponderEliminar