domingo, 27 de mayo de 2012

Décimo Destino - Ho Chi Minh, Vietnam

Llegamos a Ho Chi Minh cuando la noche comenzaba a abrazar la ciudad. El omnibus que nos trasladó desde Phnom Pehn nos dejó en la vía publica sin muchas referencias, por lo que decidimos con Siraco salir a buscar por nuestra cuenta la ubicación de nuestro Hostel. No nos generaban confianza las pocas palabras que esbozaban los taxistas y mucho menos sus tarifas, además de que no resultaba sencilla la comunicación con los lugareños y las explicaciones de como llegar a la calle buscada eran por momentos totalmente opuestas entre una consulta y otra. Finalmente al encontrar un par de coincidencias en las respuestas recibidas en “Vietno-english,” logramos dar con el paradero del hospedaje, no sin antes transitar por calles con abundante fauna felina que ofrecían sus servicios al mejor postor. Es sorprendente la gran cantidad de prostitución que hay en Ho Chi Minh, al punto tal que se vuelve dificil discriminar entre quienes se dedican a esto y quienes simplemente se visten como tal (lease: “se visten como changos”). A cada metro que avanzábamos caíamos en a cuenta de que “la noche” en esta ciudad es un punto fuerte de la misma, cosa que personalmente desconocía. Abundan los Pubs o similares, sumado a que en las angostas veredas del centro de la ciudad se dispone de pequeñas sillas y mesas ratonas en las cuáles la gente, fundamentalmente turistas, se junta a tomar cerveza local al módico precio de 10.000 Dongs (algo así como 10 pesos uruguayos, el paraíso cervecero).

A los pocos minutos de transitar por esas calles angostas e hiper repletas de motos, nos percatamos de la presencia de una cantidad importante de uruguayos en la zona. Viajeros que al igual que nosotros se encontraban en carácter de “libres”, a los que se sumaba el hecho de que al día siguiente caería la gente que ya se encuentra en el “Grupo de viaje”, preveían una invasión charrúa en tierras vietnamitas. Por momentos me gusta y disfruto de la idea de estar con tantos compatriotas compartiendo estos momentos, aunque por otros me da la sensación de estar perdiendo la posibilidad de interactuar con gente de otras nacionalidades, conocer más a fondo otras culturas, formas de vida e historias diferentes, lo cuál considero una parte importante de estar realizando una parte importante del viaje por cuenta propia. Más allá de esto, pasamos noches para el mejor recuerdo en Ho Chi Minh, además de haber logrado realizar los primeros chivitos en tierras vietnamitas. En realidad sólo aporté la idea y la mojada de oreja correspondiente a Borche & Cía para fomentar se lleve a la práctica, dado que el resultado final es enteramente merito del resto de la banda y sus maniobras incansables para hacerse del brasero, parrilla y la carne de vaya a saber uno de que...mejor ni saber.



Al día siguiente amanecimos temprano para realizar un tour contratado que nos permitiera conocer los túneles Cu Chi, en las afueras de la ciudad y a casi dos horas en ómnibus de donde nos encontrábamos alojados. Estos túneles fueron un punto calve de la resistencia y posterior victoria vietnamita en la guerra contra los Estados Unidos, habiendo sido creados en la época colonial para enfrentar a las tropas francesas, para posteriormente ser ampliados y mejorados para esta contienda bélica. Se trataba de verdaderas ciudades subterraneas que albergaban a más de 10.000 personas en su interior, tanto combatientes como sus familias, y abarcaban más de 250 kilómetros de largo y en el entorno de 10 de profundidad. Contaban con tres niveles bajo tierra conectados entre si, disponiendo allí de dormitorios, salas de alojamiento para los civiles, sistemas de ventilación y desague, salidas de emergencia, depósitos de armas o precarias enfermerías inclusive. La sorpresa fue un punto clave de los Vietcong para atacar a los soldados estadounidenses, esconderse rapidamente y llevar a la desesperación del enemigo por no divisarlos en el campo de batalla y sufrir ataques sorpresa por puntos no esperados. Un aporvechamiento al máximo de los recursos que disponían para poder hacer frente a un ejercito norteamericano más poderoso, el cuál logicamente disponía de mayor y mejor armamento para afrontar una guerra.

 



Pudimos ingresar a los túneles y recorrerlos a lo largo de unos metros. Nos aclararon igualmente que los mismos habían sufrido modificaciones destinadas a fines turísticos, dado que los originales eran de la mitad de tamaño que esos y sin las luces que había a lo largo del camino para divisar por donde se transitaba. Si ya nos habían parecido pequeños, y por momentos claustrofóbica nuestra presencia en su interior, resultaba por demás difícil imaginar la vida de estas personas allí por aquellos años. Nos contaba nuestro guía que disponían de diferentes técnicas para evitar ser descubiertos dentro de sus túneles, como por ejemplo a través del uso de sandalias que marcaban las huellas al revés, dejar comida sumamente picante en el camino a efectos de que los perros no pudiesen rastrearlos con su olfato, o bien el uso de una gran cantidad de trampas mortales que tuvimos la oportunidad de ver su funcionamiento y de proyectar el daño capaz de realizar a quienes cayeran en ellas. Generalmente la mayoría de estas se ubicaban en el suelo, sumamente ingeniosas y efectivas, capaces de generar muchisimo dolor o la muerte de aquellos soldados que tuvieran la fortuna de pisarlas.



Al recorrer la zona selvática en la que se encuentran los túneles, también se aprecian las secuelas en la tierra producidas por los bombarderos B-52, que al día de hoy aún impactan por su tamaño. También se cuenta con la posibilidad de usar las metralletas típicas de la época en una zona de tiro y pagando la suma de un dólar por unas pocas detonaciones. Por más que algunos compañeros hicieron uso de estas, me pareció demasiado morboso ser participe de eso. Siento que ya demasiada sangre a corrido en estas y otras tierras por culpa del uso de estas, como para estar usándolas como un juguete o un divertimento sin sentido. Es ensordecedor y escalofriante el sonido emitido al ser disparadas a unos metros de donde nos encontrábamos. Me genera una sensación de pánico difícil de describir, que me lleva a imaginar remotamente el sufrimiento por el que debe haber atravesado este pueblo a espensas de justificaciones de lo injustificable.

Salimos de la zona de los túneles y nos dirigimos a Museo de la Guerra en busca de intentar comprender más sobre la pesadilla vivida en Vietnam unas décadas atrás y poder ver la visión de su gente, algo que generalmente llega contaminada y tendenciosamente erronea por nuestras latitudes. Fue realmente chocante la recorrida del mismo y reconozco que por momentos tuve ganas de llorar, no sé bien si de tristeza, bronca o una mezcla de ambas.

El múseo cuenta con tres pisos de exposición y con diversas salas temáticas. Se puede observar un amplio caudal fotográfico de gran calidad, información detallada respecto a las fotos que se observan, datos históricos, extractos de frases de la época, lineas de tiempo, entre otra data presente.


En el piso superior se expone información histórica de los antecedentes a la Guerra, la lucha contra los franceses, así como también gráficas que reflejan el enorme arsenal despegado en los años que duró el enfrentamiento. Me llamó mucho la atención la cantidad de bombas utilizadas aquí, las cuales triplicaron a las usadas durante la Segunda Guerra Mundial, siendo un claro reflejo de la destrucción generada en este país y en su gente.

Otra sección del Museo estaba dedicada a los fotógrafos caídos durante la guerra, con una selección de sus mejores fotografías, e inclusive en algunos casos de las últimas que pudieron capturar sus cámaras. Queda claro en las mismas la posición cercana al epicentro del conflicto en la que se movían para cumplir con su profesión, lo cuál se traduce en fotos íntimas cargadas de coraje y amor por su trabajo.


Siguiendo con la recorrida me topé con las salas más fuertes y chocantes, ya que se exponen las secuelas de la guerra con fotos desgarradoras de las victimas de esos años, así como también de los efectos posteriores. El ejercito estadounidense desparramó en la zona de la selva e inmediaciones una gran cantidad de “agente naranja”, algo así como un compuesto químico sumamente potente, con el objetivo principal de evitar los vietcong pudiesen esconderse allí. El resultado de esto implicó un daño muy grande en las tierras, pero sobre todo una serie de consecuencias horribles sobre las personas que quedaron expuestas a esto. Niños que nacieron hasta muchos años después de la guerra con deformaciones horrorosas por la exposición de sus madres a este químico, daño, mucho daño en diversas generaciones. Las fotos son muy chocantes, cuesta creer como el ser humano puede ser capaz de ser tan atroz y destruir generaciones y generaciones de gente inocente.

Para finalizar, en la planta baja se encontraban fotos de las manifestaciones realizadas en todo el mundo en contra de esta guerra sin sentido y con consecuencias tan devastadoras. Había una foto de la realizada en Uruguay en el año 1967, pero además había varias de diversas manifestaciones realizadas en Estados Unidos que dejan en evidencia a los inescrupulosos gobernantes de turno de esos años y como no todos estaban de acuerdo con lo que sucedía en el sudeste asiático.


Salí del museo con sensaciones que pasaban por la angustia, el dolor, la bronca y el desprecio hacia quienes provocaron las consecuencias aquí expuestas, además de las que no se ven y de las que sufrieron también de parte de los combatientes estadounidenses. Necesitaba caminar y refexionar sobre lo vivido en este día tan intenso, que cerraba una historia iniciada días antes en mi recorrida por los campos de exterminio en Camboya, pero que a su ves disparaba muchos pensamientos que aún hoy siguen pasando por mi cabeza. No habían fuerzas, ni motivación aguna para sacar fotos sonriente frente a los tanques o helicópteros de la puerta de museo, así como tampoco para salir corriendo a un mercado de compras ese día. El viaje sigue y seguirá mucho después de mi retorno a Montevideo, de eso no me quedan dudas. 

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