El 16 de mayo en horas de la tarde arribamos nuevamente a Phnom Pehn, pero esta ves para quedarnos por unos días a diferencia de la escala realizada al inicio de nuestra estadía en Camboya.
Nuestro grupo en ese momento se conformaba por 32 personas, lo cual preveía ciertas complicaciones a nuestra llegada para conseguir transporte y hospedaje para todos. Finalmente la misma no fue tal, en lo que respecta al transporte, y en la terminal de ómnibus hicimos las gestiones pertinentes para rápidamente conseguir diez tuk tuk y un hostel para quedarnos las dos noches planificadas post regateo y alguna que otra discusión por lo que nos estaban ofreciendo. Luego de un baño en la piscina del prolijo hostel (“Eighty Eight”) almorzamos algo allí para salir más tarde a recorrer la ciudad y trasladarnos hasta la rambla, la cual nos generó una muy grata impresión dadas las referencias negativas que teníamos sobre la ciudad y sus alrededores.
Luego de visitar las inmediaciones del "Palacio Real" que se encontraba a unas pocas cuadras de donde estábamos, fue tiempo de la cena y plato del día: "Happy Pizza". Esta pizza, famosa en tierras camboyanas, tiene la particularidad de ser elaborada con marihuana y otros aderezos mágicos, y contaba con antecedentes de haber “pegado” de manera considerable en amigos que habían viajado años anteriores. La misma se podía elegir entre diversos gustos y modalidades, pudiendo ser: “non happy”, “happy” o “very happy”. Como buenos “Hijos de Obdulio” pedimos un par de esta última, más algunas sin “aderezos” para intentar regular los efectos y el potencial estadete a remontar. El gusto era bastante difícil de digerir (por lo suculento del adobo), pero intuíamos pegaría como piña del Negro "Tyson" en sus mejores épocas dadas las referencias.
Nuestro grupo en ese momento se conformaba por 32 personas, lo cual preveía ciertas complicaciones a nuestra llegada para conseguir transporte y hospedaje para todos. Finalmente la misma no fue tal, en lo que respecta al transporte, y en la terminal de ómnibus hicimos las gestiones pertinentes para rápidamente conseguir diez tuk tuk y un hostel para quedarnos las dos noches planificadas post regateo y alguna que otra discusión por lo que nos estaban ofreciendo. Luego de un baño en la piscina del prolijo hostel (“Eighty Eight”) almorzamos algo allí para salir más tarde a recorrer la ciudad y trasladarnos hasta la rambla, la cual nos generó una muy grata impresión dadas las referencias negativas que teníamos sobre la ciudad y sus alrededores.
Luego de visitar las inmediaciones del "Palacio Real" que se encontraba a unas pocas cuadras de donde estábamos, fue tiempo de la cena y plato del día: "Happy Pizza". Esta pizza, famosa en tierras camboyanas, tiene la particularidad de ser elaborada con marihuana y otros aderezos mágicos, y contaba con antecedentes de haber “pegado” de manera considerable en amigos que habían viajado años anteriores. La misma se podía elegir entre diversos gustos y modalidades, pudiendo ser: “non happy”, “happy” o “very happy”. Como buenos “Hijos de Obdulio” pedimos un par de esta última, más algunas sin “aderezos” para intentar regular los efectos y el potencial estadete a remontar. El gusto era bastante difícil de digerir (por lo suculento del adobo), pero intuíamos pegaría como piña del Negro "Tyson" en sus mejores épocas dadas las referencias.
Al principio todo transcurrió con normalidad, sabido es que los efectos llegan un poco tiempo después, pero a medida que íbamos avanzando en nuestro retorno al hotel algunas sensaciones comenzaban a brotar en medio de las oscuras calles camboyanas. Luego de un par de horas estábamos en el hotel riéndonos a más no poder algunos, otros en una conexión sideral con una televisión que pasaba música camboyana (él parecía estar viendo un partido de fútbol uruguayo en Vtv), mientras beto yacía al borde de la piscina hablando con un "Elefante Rosado" y con una sonrisa dibujada difícil de olvidar. Me dijo que entendió palabras potencialmente sabias de otros amigos que supieron realizar “viajes” similares y que pocas veces se rió tanto en su vida. Le creo, que lindo es ver a la gente feliz y poder ser parte de esos momentos.
Dormimos espacialmente, y luego de este momento divertido del viaje, comenzamos una nueva jornada con probablemente uno de los días más fuertes, conmovedores, reflexivos e indignantes de este viaje.
En Camboya entre los años 1975 y 1979 se produjo lo que se conoce con el nombre de “genocidio camboyano”, en donde se estima que en el entorno de tres millones de personas murieron durante la dictadura instalada a manos de los Jemeres Rojos, liderados por un personaje nefasto para la historia de la humanidad apodado "Pol Pot". Este último fue el responsable mayor de que durante los 44 meses que hicieron uso y abuso de poder, aproximadamente uno de cada tres camboyanos fueran brutalmente asesinados por sus propios compatriotas, además de arrancar de raíz a un país entero, el cual al día de hoy aún paga las consecuencias de semejante atrocidad.
El 17 de abril del año 1975 bajo el nombre de "Kampuchea Democrática" se dio inicio a lo que se conoció como “Camboya año cero”, aludiendo a un nuevo renacer de este país y su gente, algo diametralmente opuesto a lo que finalmente ocurriría. Como primer medida se ordenó la evacuación completa de las ciudades, además de la eliminación de toda manifestación artística, de la moneda, el comercio, las bibliotecas, medicinas importadas, religión y todo acto que pudiese ser considerado contrario al nuevo régimen impuesto. Fueron perseguidos intelectuales, estudiantes universitarios, personas que supiesen hablar más de un idioma, que usaran lentes, en fin, cualquier persona pensante era una amenaza y por tanto eran perseguidos y posteriormente asesinados a manos de los Jemeres Rojos. Se suprimió la propiedad privada , en donde a las personas no les quedaban siquiera sus ropas como propias, y se convirtió a todo camboyano que no formaban parte de la guerrilla en campesino, obligandolos a trabajar por más de 14 horas diarias, muriendo muchos por hambre o cansancio en esas incansables jornadas a sol y sombra.
A primer hora visitamos el lugar donde se encontraba uno de los principales campos de exterminio del régimen de Pol Pot, denominado “Memorial Choeun EK”. En él se estiman fueron encontrados más de 8.000 cadáveres, incluidos una gran cantidad de niños y mujeres.
Lo primero que se observa al ingresar a dicho lugar, es una especie de templo en donde se aloja una gran cantidad de cráneos y huesos. Más de 5.000 cráneos de personas que perdieron su vida en ese lugar se encuentran allí guardados, la mayoría con heridas realizadas por elementos tales como martillos, hachas, cañas de bambú, o armas blancas, dado que se procuró ahorrar en municiones durante sus ejecuciones.
Lo primero que se observa al ingresar a dicho lugar, es una especie de templo en donde se aloja una gran cantidad de cráneos y huesos. Más de 5.000 cráneos de personas que perdieron su vida en ese lugar se encuentran allí guardados, la mayoría con heridas realizadas por elementos tales como martillos, hachas, cañas de bambú, o armas blancas, dado que se procuró ahorrar en municiones durante sus ejecuciones.
Contratamos una audio guía en español, la cual a medida que íbamos avanzando por la zona nos iba relatando las atrocidades vividas durante esos años negros en Camboya y más precisamente sobre el suelo que pisábamos. Era imposible no estremecerse al ver sobre la gramilla restos aún de vestimenta o huesos que salen a la superficie, o al escuchar las reproducciones de la música de fondo que sonaba cuando la gente iba a morir por aquellos años negros. Pasar frente a arboles en los cuales gente sin escrúpulo alguno asesinaba a bebés reventando sus cabezas contra los arboles, por el sólo hecho de considerarlos una mente irrecuperable a su temprana edad, o las enormes fosas en las cuales se encontraron posteriormente tantos miles de cadáveres, generaban profundos sentimientos en mi muy difíciles de describir.
Al finalizar la grabación se hace mención a las dictaduras sufridas en los últimos años en gran parte del mundo, Latinoamérica. Esto me hace inevitablemente reflexionar acerca de la falta de crítica, sobre el ocultamiento de la verdad y el exceso de "mirar para el costado" que se da en gran parte de nuestra sociedad. Cómo ellos, los camboyanos, son capaces de mostrar realmente todo lo vivido, lo padecido, buscando a partir de esto generar una real conciencia de que estas cosas no pueden suceder nunca más.
El silencio al salir de este lugar era profundo, nuestras caras evidenciaban la conciencia de haber estado frente a un lugar cargado de mucha tristeza, dolor y sufrimiento. A esa altura se volvía difícil al volver a los Tuk Tuk retomar algún tipo de charla amena o de hacer algún chiste para salir del paso. Además el siguiente destino del día hacía inviable este cambio, ya que el museo del genocidio nos esperaba a unos pocos kilómetros de donde nos encontrábamos.
Este museo, también conocido como "Tuol Slang" o "S-21", se ubica en lo que supo ser una escuela devenida en centro de reclusión, torturas y muerte durante el régimen de Pol Pot a finales de la década del 70. Los salones pasaron a ser celdas, salas para el interrogatorio de reclusos, o espacios para que estos sean torturados de diversas formas, los cuales se mantienen prácticamente intactos desde el fin del régimen dictatorial. También se pueden ver fotografías de la época de los reclusos, de los momentos previos y posteriores a su ejecución, así como también de los diversos elementos utlizados para sus torturas y muerte. Se vuelve inevitable que a uno no se le ponga la piel de gallina y se conmueva ante tanto acto de desprecio a la vida humana y violación constante a los Derechos Humanos.
Este museo, también conocido como "Tuol Slang" o "S-21", se ubica en lo que supo ser una escuela devenida en centro de reclusión, torturas y muerte durante el régimen de Pol Pot a finales de la década del 70. Los salones pasaron a ser celdas, salas para el interrogatorio de reclusos, o espacios para que estos sean torturados de diversas formas, los cuales se mantienen prácticamente intactos desde el fin del régimen dictatorial. También se pueden ver fotografías de la época de los reclusos, de los momentos previos y posteriores a su ejecución, así como también de los diversos elementos utlizados para sus torturas y muerte. Se vuelve inevitable que a uno no se le ponga la piel de gallina y se conmueva ante tanto acto de desprecio a la vida humana y violación constante a los Derechos Humanos.
Horas más tarde salimos del museo y partimos hacia el Hostel a buscar nuestras pertenencias para tomar el ómnibus que nos dejaría en Ho Chi Minh, Vietnam. Las sensaciones eran diversas, pero afloraba la comprensión hacia un pueblo que había sufrido tanto y al cual se lo ve de pie, luchando por una vida y un futuro digno. La alegría en los rostros aún la conservan sus habitantes, algo para nada menor y gratificante para quienes hemos estado allí presentes.
De la primera parte prefieron no comentar nada mas que un "que hijos de mil putas"!!.
ResponderEliminarSobre los segunda, y mas divertida cuestión, espero le hayas mandado por DHL en un tupper de Crufi lo que sobró de la pizza a Fede que la va a estar esperando deseoso!! jajajaj jajaj Abrazo!
jajajjJAjaJajAJaja!!! Haceme una encomienda con una "Very Happy" que no dejamos ni los bordes y salimos de Cacería de Osos Barneys Rosados Con lansallamas y Voleadoras!
ResponderEliminarPara visitar el "Memorial Choeun EK”. Deberian Regalar pizza de esa para amenizar lo bajo que puede caer el ser humano y cuan hijo de puta y enfermo se puede ser.
Van a ver mas de este tipo de lugares, de tortura, genocidio y violacion de Derechos Humanos. Se ve por todos lados, Africa, la guerra de Israel y palestina, la las guerras en Medio Oriente por el petroleo, Europa, en todo el mundo. A cada minuto se cometen atrozidades por INtere$e$.que ya conocemos.
Nada va a cambiar Pero pararse frente a estas realidades sirve para Reflexionar con uno mismo... y pensar profundamente .
abzo Bro!
Grande Brothers, a full las Happy Pizzas, seguro tenía que llevar la fabrica entera de Crufis para dejar satisfecha a toda la turba allá en Montevideo (me imaginaba a algunos personajes comiendo 5 a la carrera y pidiendo con chocolate para el postre, jeje).
EliminarLo otro es como bien dicen, y no alcanzan los calificativos para tanta absurda y atroz barbaridad. Ayer colgué la crónica de Vietnam y no hace más que afirmar que la estupidez humana no tiene limites y que los intereses de unos pocos poderosos sin escrupulos pueden arrasar con generaciones enteras de gente inocente.
Lo bueno de viajes como este es el hecho de poder conocer la mayor cantidad de aristas posibles del mundo. Lo bueno, como puede ser comer unas happy pizza y mutar con el Dinosaurio Bernardo, o lo malo o cruelmente real, como lo del genocidio camboyano o la guerra de vietnam.
Los quiero hermanos, siempre están presentes junto a mi.
Sabelo Bro !
ResponderEliminarNosotros tamo contigo y siguiendote el rastro dia a dia.
y gozando a la par
fuerte abzo!