La llegada a Camboya fue bastante
agotadora dada la gran cantidad de tiempo y medios de transporte que nos
insumió el arribo.
A las 6.45 de la mañana estábamos
tomado el vuelo de Air Asia que nos dejaría en Phnom Pehn dos horas después, lo
cual había implicado salir a las 3 de la mañana del Hostel sin haber dormido ni
un solo minuto. Dado que no habíamos conseguido vuelo directo a Siamp Reap,
teníamos que conseguir pasaje de ómnibus a nuestra llegada a la capital, y así
reencontrarnos con nuestro grupo de viajeros unas horas más tarde. En el aeropuerto tomamos dos Tuk
Tuk para los seis que éramos en ese momento, con destino a la terminal de
ómnibus local. Viajar a bordo de estas motos con un carruaje detrás se vuelve un
paseo sumamente disfrutable. Por momentos percibo puedo alcanzar una
conexión mayor con el lugar y su gente que el que se obtiene encerrado en un auto,
van, bondi o similar.
Ya en las calles se observa un
alto nivel de pobreza, escaso desarrollo, desorden en el transito (sobre todo
generado por la altísima cantidad de motos que allí hay) y un país que intenta
muy de a poco levantarse de los golpes sufridos durante la guerra de Vietnam
y la sangrienta dictadura del régimen de Pol Pot a fines de la década del 70. La gente es
amable con nosotros, nos observan cómo sin entender que hacemos visitando su
país y la gran mayoría nos regalan su saludo a nuestra paso frente a ellos.
Igualmente lo primero que uno
siente al llegar a Camboya es calor, mucho calor. Sumado a un nivel altísimo de
humedad hacen realmente pesado caminar, moverse, estar quieto. Por momentos se
padece la pesadera y uno anhela algún lugar con aire acondicionado, o tener un ventilador cerca para bajar algún grado de cualquier forma.
Una vez en la terminal de buses,
tuvimos que esperar cerca de 2 horas a que saliera el bondi que nos llevaría a Phnom
Pehn por unos 10 dólares, en un viaje de unas 6 horas aproximadamente. La
terminal estaba bastante guerrera, en medio de un basural, abierta y con un
techo de chapas que hacía más intenso aún el calor que a esa altura de la
mañana superaba con creces los 35 grados. Igualmente la motivación y ganas de
conocer este lugar hacían que ni reparase en esos aspectos negativos mínimos al
lado de lo positivo que presagiaba acontecería en estos 3 días camboyanos. El ómnibus 10
puntos, con aire acondicionado y respaldo para pies, aunque la ruta nos
remontaba a los tiempos de estadía en Bali dado el caos, el desorden y las bocinas indescifrables
y constantes a lo largo de todo el trayecto.
Llegamos a la terminal de Siamp
Reap, tomamos nuevamente otros tuk tuk, y finalmente cuando estaba por caer la
tarde arribamos a nuestro hostel, "Siamp Reap Temple Villa”. Este fue de los
mejorcitos en los que nos hospedamos, dado que contaba con piscina y cómodas
habitaciones con aire acondicionado, sumado a un precio sumamente económico de
6 dólares por persona. Una ganga.
Dejamos nuestros bolsos en la
habitación y decidimos salir a caminar por la ciudad, la cual nos pareció ya en
una primera impresión, mucho más bonita y pintoresca que la anterior. Fuimos
hasta el Mercado Central para ver cosas típicas, regatear y comprar alguna cosa
pequeña si fuese posible. Una intensa
lluvia se desató al poco de tiempo de estar allí, que provocó que el mismo
comenzara a inundarse y tuviésemos que ir en búsqueda apresurada de algún lugar
más refugiado que ya de paso nos permita poder cenar algo. Nos contaban después
que por estos días está comenzando la época de lluvias intensas en el país,
hecho el cual padecen de manera considerable con profundas inundaciones en la
zona. Finalmente logramos llegar a
destino: arroyaditos primavera,
sphagettis a la bolognese, cerveza Angkor, apagón, tuk tuk, pool con más Angkor beer, charlas y a dormir.
Al día siguiente amanecimos
temprano, ya a las 5 a.m. estábamos
partiendo rumbo a la región de Angkor
para disfrutar de los increíbles monumentos y templos que allí se alojan. La entrada nos costó 20 dólares a cada uno y la razón del
horario implicaba el hecho de procurar ver la salida del sol detrás de los muros de Angkor
Wat, el templo más conocido y turístico de la región. Lamentablemente el sol
brilló, pero por su ausencia, por lo que no pudimos ver el tan anhelado
amanecer y seguimos la recorrida sin muchos reparos.
Angkor significa "ciudad" y su creación obedeció básicamente al capricho de un rey que sometió a más de 400.000 personas de la zona a levantar templos y grandes obras religiosas para reforzar la imagen e influencia de los dioses. Contiene más de 100 templos en su interior y supo ser la capital del Imperio Jemer, o Khmer, en su época de mayor esplendor entre los años 800 y 1.225. Fue posteriormente abandonada en el Siglo XV y redescubierta recién en el año 1860, siendo años atrás declarada por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad .
La recorrida comenzó en "Angkor
Wat", el templo más importante de la zona, el cual se traduce como “Ciudad del
Templo” o algo por el estilo. Este es la imagen de la mayoría de postales que se venden sobre la zona y es el que se encuentra mejor conservado al día de hoy. Resulta asombroso apreciar las estructuras realizadas miles de años atrás, los dibujos tallados sobre piedra, los arboles que adornan los templos. Un lugar cargado de espiritualidad, historia y belleza arquitectónica antigua.
El segundo templo que recorrimos fue el que personalmente más me gustó, "Angkor Thom". Las imágenes de las caras talladas sobre las piedras le daban un atractivo particular, además de que en su estado actual se disimulaba un poco más la mano del hombre de épocas actuales.
Ya el calor era insoportable por esa altura, pocas veces en mi vida sentí tanto el peso de la temperatura y la humedad sobre mi. Se volvía imperioso encontrar sombra por momentos y la hidratación era vital para poder seguir adelante en la recorrida. Tenía muchas ganas de quedarme un largo rato sentado, simplemente contemplado lo que estaba frente a mí, pero era imposible bancar al rayo del sol a esas horas.
Pudimos recorrer varios templos más, en donde el más destacable fue "Ta Prom". Este tiene la particularidad de haber sido invadido por raíces de grandes arboles que sobresalen por sobre las estructuras de piedra, dándole un toque misterioso y hasta fanasmal al mismo. En el nos comentaron se firmaron escenas de la película "Tomb Raider", con Angelina Jolie, a quién no tuvimos el gusto de ver en esta visita (no había necesidad de agregar más calor al tour).
Más tarde volvimos al Hostel. Aprovechamos la piscina para refrescarnos, tomar unas cervezas y luego fuimos a los cuartos a dormir una siesta que se alargó hasta el día siguiente ya que estábamos agotados debido a que veníamos de prácticamente no descansar por casi dos días. Es mejor soñar despierto.
Vamo arriba mi loco! Sigan disfrutando! Saludos a Ceci y cuidense mucho!! Abrazo
ResponderEliminarGOzando BRoooooOOo!!!
ResponderEliminarVAMO Y vamo!