Partimos de Bangkok en búsqueda de lograr unos días de descanso. Luego de tanto correr de una ciudad a otra, esperábamos que el sol, la arena y el mar de Phi Phi nos dieran ese refugio paradisíaco tan anhelado. Este lugar se conoce en la jerga del Grupo de Viaje como las “vacaciones” del mismo, denominación que imagino puede llegar a irritar a algún lector que se encuentre en Montevideo leyendo esta crónica, pero que funciona como un achique de lo que viene siendo un ritmo de vida atado a itinerarios predefinidos, paseos estructurados programados con mucha anterioridad, además de servir como escala previa al lugar donde se une la mayor cantidad de viajeros libres; Bangkok.
De alguna manera también me he adherido a estas vacaciones en lo que respecta al Blog y la escritura. Igualmente siempre hay historias que contar. Cada lugar tiene la suya, su gente también la tiene y nosotros vamos escribiendo páginas nuevas día a día en esta aventura, las cuáles nos van otorgando una perspectiva más amplia del mundo en que vivimos .
Al momento de armar el viaje, muchos de nuestros compañeros de ruta tenían una fijación especial con este lugar y sus encantos. Las playas paradisíacas prometían el deslumbre de los visitantes, sumado a una movida diurna y nocturna de alto vuelo y contenido espiritualmente alcohólico principalmente.
Lo primero que me sale escribir respecto a Phi Phi lamentablemente, es el de haber conocido un lugar que en mi humilde opinión está bastante sobre valorado respecto a los cuentos que teníamos de aquí. Si bien es cierto que la lluvia nos persiguió en gran parte de nuestra estadía, sus playas no han sido el reflejo de lo hermosas que se ven en fotografías, fundamentalmente por la mugre que se observa en sus arenas y en el agua que desemboca en ella. Cuando escribía unos días atrás la crónica de la Bahía de Halong, lamentablemente suponía que no sería la última ves que me encontraría con hermosos paisajes arruinados por la desinteresada mano del hombre, capaz de contaminar desinteresadamente los paisajes que la naturaleza nos regala. Sinceramente no esperaba que fuese aquí donde repetiría estas lineas, pero la capacidad de asombro no tiene limites y volvimos a caer en imágenes frustrantes de desechos diversos arrojados en medio de la playa y el mar.
Igualmente no todo son pálidas en este reporte “playístico”, mucho menos en mi estadía aquí. Por un lado he encontrado la calma necesaria para poder reflexionar sobre lo que han sido estos dos meses de viaje, las historias que han pasado, las personas que nos han acompañado y que son un componente clave en estar disfrutando de esta experiencia día a día, la vida.
En cuanto a paisajes, destacar un lugar en lo alto de la montaña denominado “View Point” el cual regala una increíble vista de la isla y de las distintas playas que hay en ella. Al llegar allí me vinieron inevitablemente las imágenes del Tsunami que había azotado a este lugar en el año 2004, en las consecuencias sobre la infraestructura y su gente, pero también valorando como rápidamente han puesto de pie a este sitio.
Sin lugar a dudas el lugar que más me ha impactado y gustado en mis días por Tailandia, ha sido Maya Bay. Esta isla es famosa en el mundo debido a que ha sido donde se ha filmado gran parte de la película “La Playa", con la actuación de Leonardo Di Caprio, la cual sólo había visto en algún zapping fugaz por cable. No vimos a “Leo”, ni a los narcos, ni las plantaciones de marihuana, ni comunidades hippies y menos aún llegamos nadando hasta allí, pero valió la pena la visita indudablemente.
Si en algo voy a coincidir con otros viajeros es que en la noche hay realmente un agite importante, con una gran cantidad de boliches sobre la playa misma. Las “Chang”, lease cerveza local con alta graduación alcohólica, son bajadas a un ritmo importante y la música electrónica al mango se escucha desde cualquier punto de la isla. “Slinky” es el boliche principal, en el cual se concentra la mayor cantidad de gente a bailar “punchi punchi”, aunque hay una decena más de pubs que mezclan diversa música combinada con malabares, luces y fuego. Es un lugar que está estructurado fundamentalmente para la visita de turistas europeos, por lo cual es bastante común que los propios comercios de la zona sean atendidos por gente extranjera y no por tailandeses.
Un elemento distintivo de la estadía en Phi Phi fue la cantidad descomunal de uruguayos presentes en la isla. Con sólo caminar unos pocos metros ya era suficiente para encontrarte con gente del Grupo de Viaje, e inclusive con compatriotas de arquitectura que también estaban en la isla. A los extranjeros con los que hablamos les resulta imposible de entender como puede haber cerca de doscientos cincuenta uruguayos, país que con suerte conocen, quedando más desconcertados aún al saber que sólo somos tres millones de habitantes.
Copamos un bar local para ver el partido de la celeste con Venezuela por las eliminatorias, estuvo el fogón playero, la guitarreada, charlas, reencuentros, nuevas amistades, shots azules de nuestro restaurante nocturno amigo, milanesas con puré en “Mamita”, felicidad, Thai Massage, lo ampliamente disfrutable de nuestro hostel “Dee Dee Beach House” a orillas del mar y su gente, la lluvia, el viento, Sunflower, “petas, cojines y billares” con grandes valores españoles y uruguayo españoles que hemos conocido, cañas de bambú, Long Beach, la playa de los botes, Chang, Leo, balde con whisky, coca y M.150, además de largos etcéteras más hacen las postales de estos diez días que pasamos aquí.
Luego de unos cuantos días en Phi Phi fue tiempo de partir con destino a Phuket, lugar cercano pero con una travesía de retorno sumamente compleja por el clima que reinaba en la zona por esos días. El traslado entre una isla y otra se hace a través de un ferry de mediano tamaño, pero era sabido que el oleaje que había a mitad de camino era importante y la experiencia de amigos que habían partido antes lo avalaba. Se sufrió, por momentos pensé que se podía dar vuelta de verdad el mismo, pero aquí estamos.
En Phuket nos hospedamos en la zona de Patong, en un hotel de nombre “Prestley”, el cual llevaba ese nombre en honor a Elvis y contaba con una ambientación por demás pintoresca.
Teníamos algunas versiones respecto a la noche en esta zona, pero la verdad nunca imaginamos la magnitud real que finalmente veríamos. Cuenta con una calle principal, en donde por más de 10 cuadras se observa de todo. Abundan los boliches, pubs, prostíbulos, cabarulos, una inmensa cantidad de mujeres bailando en el caño en barras que dan a la calle misma y ofertas diversas fundamentalmente vinculadas al sexo. El “Pussy show” es lo que más ofrecen al turista que por allí transita y probablemente sea la actividad oficial de la ciudad. Mujeres utilizando sus partes intimas son capaces de lanzar dardos, pelotas de ping pong, sacar ranas o pájaros, metros de cuerdas diversas y otras alternativas más que no aportan mucho a la crónica. Es increíble que esto le es ofrecido tanto a mujeres como a hombres, y que la concurrencia es bastante pareja dentro de los locales. Probablemente, al igual que a nosotros, la curiosidad sea el motor que mueva a la concurrencia, pero el espectáculo en si es bastante pobre y la frase “había que verlo con nuestros propios ojos” sea la más repetida por los visitantes.
El día muestra otra cara. La playa de Patong se encuentra al final de la calle de la perdición antes mencionada, pero que en el día maquillada con una faceta completamente distinta a la que se observa cuando el sol comienza a caer. Las versiones eran de que no era una linda playa, pero la verdad disfruté de su oleaje y del paisaje que ofrecía. Es todo un tema el de las versiones, se vuelve todo muy subjetivo, según cada uno, y se corren riesgos al creer o no en ellas. Nos ha pasado mucho de encontrarnos con realidades completamente diferentes a las contadas previamente al llegar a determinados lugares, lo cual implica que el camino indudablemente se hace transitandolo y conociéndolo uno mismo.
Días después partimos a Hong Kong, una escala obligada para un día después tomar el vuelo que nos llevaría al inicio de la etapa abordo del Grupo de Viaje en Nepal. Comienza algo nuevo, las expectativas son muchas y diversas. El tiempo escribirá esas nuevas páginas.
Un pire ver tu nota en Decano Bro!
ResponderEliminarUn goze! NACIONAL CARAJO! En cada rincón del mundo!
tabas ahi con nosotros en el gol del Chino!
Pa sabes que cuando nos abrazamos los 3 no pude evitar pensar en Guille yo tbn... automáticamente ojos vidriososo y a seguir gozando. Nsná!
ResponderEliminarMe mató lo del pussy show!!! jajajaj
Seguro estaba ahí brothers! Los intenté llamar dps del partido pero me fue imposible conectarme desde donde estaba. Quizás era porque estabamos en una zona re alejada, cuasi selvatica...o quizás xq estaba demasiado ebrio y disqué cualquier cosa, jeje.
EliminarRespecto a los pussy y phuket, me acordé de muchos amigos que obviamente no voy a nombrar que de seguro se quedaban a vivir allá!!
Abrazo grande para los dos, aguante el bolso!!
se hacen los machos cabrios duros, y son unos tiernos los tres! los quierooooo (a vos grdito te emooooooooo)
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