martes, 26 de junio de 2012

Doceavo Destino - Pokhara, Nepal


Dejamos la zona selvática que ofrecía el Parque Nacional de Chitwan, para recorrer unos kilómetros vía ómnibus hasta Pokhara. Esta ciudad se encuentra ubicada en una de las mesetas de las montañas Annapuma, las cuales son las segundas en altura en Nepal detrás del conocido Everest.

Arribamos bastante cansados al hotel producto de la combinación letal de haber madrugado bastante, con los festejos de la noche anterior y unas cuantas horas abordo de un autobús. Cuando muchos pensábamos en el reposo al borde de la piscina, dado que el resto de la tarde la íbamos a tener libre  en un principio, surgieron dos paseos pasibles de ser realizados, a los cuales dubitativos terminamos accediendo.

El primero consistía en la visita de las “Cuevas Mahendra”, las cuales como su nombre lo indica son básicamente cuevas que cuentan con una representación en piedra del dios Ganesha al final de las mismas. Este último es un dios del hinduismo, que tiene la particularidad de tener cabeza de elefante y ser uno de los más queridos por quienes profesan esta religión, o filosofía de vida como prefieren llamarlo ellos. Simboliza la prosperidad, fortuna, alegría. Es hijo del dios Shiva, el cuál simboliza la destrucción y posterior renacimiento, y la diosa Párvati, todas figuras claves para comprender esta religión, sus creencias y forma de vida.

Las cuevas dejaban mucho que desear al igual que la estatua, quizás el hecho de ya haber visitado una gran cantidad en lo que va de este viaje haya incidido en esta percepción, pero las historias contadas por nuestro amigo guía Sudán sobre aspectos que hacen al hinduismo me parecieron bastante interesantes de ser escuchadas.


El próximo paseo del día consistía en conocer las Cascadas “Davis Falls”, nombre que adopta en honor a una persona que allí perdió su vida. Cuenta la historia que en el año 1961 Davis y su esposo se encontraban disfrutando del día a orillas de la cascada, cuando una creciente provocada por la apertura de la represa del Lago Phewa hizo que ambos perdieran su vida al ser arrastrados por la corriente. El cuerpo de Davis fue encontrado mucho tiempo después y las cascadas adoptaron el nombre de ella en su memoria.

Me pareció una recorrida interesante, no deslumbrante, dado que lamentablemente desde el lugar en que estábamos no se podía apreciar en demasía su verdadera dimensión. Unas fotos, preguntas, calor y partida.


Al día siguiente a primer hora de la mañana íbamos a hacer Parapente quienes hubiésemos optado y pagado por realizar este deporte extremo. Era una actividad que anhelaba mucho poder hacer, la idea me parecía sumamente atractiva y además me había quedado con la sangre en el ojo en Queenstone, Nueva Zelanda, de poder concretarla. La revancha estaba presente, aunque no a la vuelta de la esquina precisamente.

Las condiciones climáticas al comenzar el día no eran las mejores. Había caído algo de lluvia en la madrugada y los vientos no se presentaban en las condiciones adecuadas para los entendidos en el tema. La actividad se aplazó para el mediodía, supeditada al hecho de que a esa hora la seguridad de quienes la realizáramos estuviese garantizada. Parecía que nuevamente la posibilidad de ver alguna ciudad desde lo alto, volar sin sustancias, estar más cerca del cielo y sentir en el rostro el “vientesillo de la libertad” como dice J. Sabina, me iba a resultar nuevamente esquiva.

El cambio de planes llevó a que hiciésemos en primer orden del día, un paseo a bordo de un bote por el Lago Phewa. La vista era por demás atractiva, se observaban rodeando dicho lago varios picos de montañas y un bonito valle como marco natural. El paseo en si no era nada del otro mundo, solamente divertido porque quien remaba el bote para cinco tripulantes era un compañero del Grupo, Gastón, que parecía un nativo más. Estuvimos cerca de media hora contemplando el paisaje y visitando una pequeña isla cercana, para retornar a tierra firme en busca de novedades respecto al parapente.



Las buenas noticias finalmente llegaron, tomamos una camioneta y empezamos a subir la empinada montaña que nos permitiera tener la altura necesaria para realizar esta actividad extrema. Los nervios eran menos de los pensados, estaba tranquilo, deseoso de experimentar nuevas sensaciones y confiado en que todo saldría bien.

Al llegar a la cima de la montaña la postal que ofrecía la ciudad desde allí era sumamente impactante. Una mezcla perfecta de urbanismo con verdes montañas, a lo que se le sumaba un hermoso lago a los pies de las mismas. Me asignaron el instructor que me acompañaría en el salto y luego de desenvolver el paracaídas, corrimos por el pasto hacia el vacío que nos esperaba a unos escasos metros desde donde nos encontrábamos. La sensación al sentir que ya no pisábamos la tierra fue indescriptible, cargada de adrenalina y vibraciones desconocidas. Comenzamos a planear en el aire, era un deleite   la vista desde allí, no había palabras capaces de describirla en ese contexto.
  

Estuvimos cerca de media hora volando, predominando la calma por sobre los miedos que uno previamente podía presumir estarían presentes. El único momento de cierto temor y en que el estomago comenzó a percatarse que nos encontrarnos a cientos de metros de altura, se dio cuando el instructor me preguntó si quería hacer acrobacias y sin titubear asentí. La verdad estuvo bastante salado y desconcertante por las posiciones en las que quedábamos en el aire. El cielo se hizo piso, el piso cielo y la brújula se me perdió entre las montañas de Phokara. Luego de la sorpresa volvió el disfrute, el planear cerca de los verdes arboles y el gozar al ver a los pájaros desde cerca en su hábitat natural.


El aterrizaje fue muy tranquilo, contrario a lo que preveía. Luego del estado de excitación prácticamente generalizado de quienes habíamos saltado, tomamos nuevamente la camioneta y partimos algunos con destino al Hotel y otros camino al trecking en la montaña en donde pasarían la noche.


Luego de la cena tomamos unas cuantas cervezas al costado de la piscina con varios compañeros del grupo y luego de filosofías varias fue tiempo de ir a dormir relativamente tarde para las horas que venimos manejando por acá.

El día siguiente era tiempo de volver a Kathmandú, punto de inicio y final en nuestra estadía en este país. Este año habían dado la opción de hacerlo vía ómnibus, como era habitual en generaciones anteriores, o bien tomar una avión que por unos cien dolares rapidamente llegaría a la ciudad. Los motivos del cambio opcional de modalidad se centraban en el temor de una ruta complicada para hacer vía terrestre por la presencia de precipicios varios y formas de conducir inexplicables, y/o en ganar en tiempo de descanso en un viaje de unas cuantas horas menos haciéndolo por aire. Opté por ir en ómnibus, pensaba no ameritaba el gasto y que las complicaciones muchas veces son barreras auto impuestas o generadas por las versiones, comentarios, mitos o el famoso “me contaron que” sin demasiados argumentos. Llegamos sanos y salvos, más allá de haber pasado grandes vehículos en repechos, curvas, puentes, triple fila y ver una forma de conducir de la que debería desarrollar una teoría profunda para intentar comprender o explicar.

A la noche, luego de la cena de rigor fue tiempo de Evento del Grupo de Viaje en jardín del hotel.  Música uruguaya y de otras latitudes, bebidas varias, baile y baño en la piscina final, se puede decir que resumen la bonita velada.

Partimos de Nepal con la idea de haber conocido un país distinto, con mucho gris en la ciudad, y altos niveles de pobreza generados como consecuencia de un sistema político corrupto e ineficiente. Fuera del caos de la ciudad, a unos pocos kilómetros de distancia, el país aloja paisajes increíbles, deslumbrantes, dignos de sueños de la naturaleza tan querida y anhelada por personas acostumbradas al asfalto.

El color lo trae también mucha de su gente, la que mantiene la llave de la esperanza y no se rinde a luchar por un futuro mejor o disfrutar la vida a su manera. Como en todo el mundo, algunos la pelean, otros simplemente se dejan estar asumiendo su realidad. Algunos viven, otros sobreviven y algunos solamente se dejan morir. Siempre es más fácil hablar de afuera, con ciertos valores inculcados desde pequeño y una realidad socio económica del lugar en el que vivimos que ofrece otra esperanza a la cual aferrarse muy distinta a la vimos en estos días aquí.

El deseo de un futuro mejor para este hermoso país que tan bien nos ha recibido. Que el sol no se esconda tras el Himalaya salvo para regalar ese hermoso momento que ofrece cada tanto una ves al día. Gracias por abrirnos sus puertas.

5 comentarios:

  1. Que gozado ese parapente brother! Siempre quise tirarme en algo así! De fiesta... dps que veo la gloriosa en la última foto me doy cuenta lo que quisiste hacer... que se vea la bandera flameando mientras volabas! Lástima no salió esa foto, hubiera estado muy buena.
    Solo te falta el bunggie jumping para recibirte de hombre! quiero ver eso, seguro en algúm lugar va a haber. Unos copetes y arrancá!!
    Que cara de desestess qeu tenes en la fotos lpqtp!!! jajajaj un abrazo! G.

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    1. Grande brother, a full ese parapente! Dejamos para mi vuelta a uruguay meter tirada en paracaídas que debe estar impresionanete!! El Bunggie no lo metí, quizás salga en otro lado, me arrepentí dps de no hacerlo. Eran 160 metros, tremendo!! La bandera flameó, grabé videos desde el aire que se ve bien y creo una compañera sacó alguna foto que tengo que procurar. Desestresado?? Salado, es increíbe esta experiencia en todo sentido.
      Vamo arriba, espero estén bien los dos por allá y aún no te hayan multado por exceso de velocidad a vos que te gusta pisar el acelerador!!
      Abrazo grande!!

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  2. le va dar un infarto a papa y mama si seguis curtiendo deportes extremooooooooos!!! !
    aJAjjAJajaJAJjaJajAJAjAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA

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    1. Jajaja, ya me dijeron si! Ta todo bien, seguro es más peligroso meter 2 fines de semana seguidos ida al baci, jajaja. Mañana la montaña rusa más rapida del mundo en el Ferrari World en Abudabi. Esperemos esté el Diego para hacerle una visita!!
      Abrazo grande brother!!!

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  3. sin dudas Broooooooooooo!!!
    Ese antro esta cada vez peor!
    y lo frecuenté el Viernes!!!
    EL sabado tuve como tus viejas epocas de cadaver en sofa!!!
    Cuando vi la llamada perdida de ese nro larguisimooooo me queria cortar la poronga porque taba seguro habias llamadO!!! fuuuuuuuck all!!!

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