Dejamos la zona selvática que ofrecía el
Parque Nacional de Chitwan, para recorrer unos kilómetros vía ómnibus hasta
Pokhara. Esta ciudad se encuentra ubicada en una de las mesetas de las montañas
Annapuma, las cuales son las segundas en altura en Nepal detrás del conocido
Everest.
Arribamos bastante cansados al hotel producto
de la combinación letal de haber madrugado bastante, con los festejos de la
noche anterior y unas cuantas horas abordo de un autobús. Cuando muchos
pensábamos en el reposo al borde de la piscina, dado que el resto de la tarde
la íbamos a tener libre en un principio,
surgieron dos paseos pasibles de ser realizados, a los cuales dubitativos
terminamos accediendo.
El primero consistía en la visita de las
“Cuevas Mahendra”, las cuales como su nombre lo indica son básicamente cuevas
que cuentan con una representación en piedra del dios Ganesha al final de las
mismas. Este último es un dios del hinduismo, que tiene la particularidad de
tener cabeza de elefante y ser uno de los más queridos por quienes profesan
esta religión, o filosofía de vida como prefieren llamarlo ellos. Simboliza la
prosperidad, fortuna, alegría. Es hijo del dios Shiva, el cuál simboliza la
destrucción y posterior renacimiento, y la diosa Párvati, todas figuras claves
para comprender esta religión, sus creencias y forma de vida.
Las cuevas dejaban mucho que desear al igual
que la estatua, quizás el hecho de ya haber visitado una gran cantidad en lo
que va de este viaje haya incidido en esta percepción, pero las historias
contadas por nuestro amigo guía Sudán sobre aspectos que hacen al hinduismo me
parecieron bastante interesantes de ser escuchadas.
El próximo paseo del día consistía en conocer
las Cascadas “Davis Falls”, nombre que adopta en honor a una persona que allí
perdió su vida. Cuenta la historia que en el año 1961 Davis y su esposo se
encontraban disfrutando del día a orillas de la cascada, cuando una creciente
provocada por la apertura de la represa del Lago Phewa hizo que ambos perdieran
su vida al ser arrastrados por la corriente. El cuerpo de Davis fue encontrado
mucho tiempo después y las cascadas adoptaron el nombre de ella en su memoria.
Me pareció una recorrida interesante, no
deslumbrante, dado que lamentablemente desde el lugar en que estábamos no se
podía apreciar en demasía su verdadera dimensión. Unas fotos, preguntas, calor
y partida.
Al día siguiente a primer hora de la mañana
íbamos a hacer Parapente quienes hubiésemos optado y pagado por realizar este
deporte extremo. Era una actividad que anhelaba mucho poder hacer, la idea me
parecía sumamente atractiva y además me había quedado con la sangre en el ojo
en Queenstone, Nueva Zelanda, de poder concretarla. La revancha estaba
presente, aunque no a la vuelta de la esquina precisamente.
Las condiciones climáticas al comenzar el día
no eran las mejores. Había caído algo de lluvia en la madrugada y los vientos
no se presentaban en las condiciones adecuadas para los entendidos en el tema.
La actividad se aplazó para el mediodía, supeditada al hecho de que a esa hora
la seguridad de quienes la realizáramos estuviese garantizada. Parecía que
nuevamente la posibilidad de ver alguna ciudad desde lo alto, volar sin sustancias,
estar más cerca del cielo y sentir en el rostro el “vientesillo de la libertad”
como dice J. Sabina, me iba a resultar nuevamente esquiva.
El cambio de planes llevó a que hiciésemos en
primer orden del día, un paseo a bordo de un bote por el Lago Phewa. La vista
era por demás atractiva, se observaban rodeando dicho lago varios picos de
montañas y un bonito valle como marco natural. El paseo en si no era nada del
otro mundo, solamente divertido porque quien remaba el bote para cinco
tripulantes era un compañero del Grupo, Gastón, que parecía un nativo más.
Estuvimos cerca de media hora contemplando el paisaje y visitando una pequeña
isla cercana, para retornar a tierra firme en busca de novedades respecto al
parapente.
Las buenas noticias finalmente llegaron,
tomamos una camioneta y empezamos a subir la empinada montaña que nos
permitiera tener la altura necesaria para realizar esta actividad extrema. Los
nervios eran menos de los pensados, estaba tranquilo, deseoso de experimentar
nuevas sensaciones y confiado en que todo saldría bien.
Al llegar a la cima de la montaña la postal
que ofrecía la ciudad desde allí era sumamente impactante. Una mezcla perfecta
de urbanismo con verdes montañas, a lo que se le sumaba un hermoso lago a los
pies de las mismas. Me asignaron el instructor que me acompañaría en el salto y
luego de desenvolver el paracaídas, corrimos por el pasto hacia el vacío que
nos esperaba a unos escasos metros desde donde nos encontrábamos. La sensación
al sentir que ya no pisábamos la tierra fue indescriptible, cargada de
adrenalina y vibraciones desconocidas. Comenzamos a planear en el aire, era un
deleite la vista desde allí, no había
palabras capaces de describirla en ese contexto.
Estuvimos cerca de media hora volando,
predominando la calma por sobre los miedos que uno previamente podía presumir
estarían presentes. El único momento de cierto temor y en que el estomago
comenzó a percatarse que nos encontrarnos a cientos de metros de altura, se dio
cuando el instructor me preguntó si quería hacer acrobacias y sin titubear
asentí. La verdad estuvo bastante salado y desconcertante por las posiciones en
las que quedábamos en el aire. El cielo se hizo piso, el piso cielo y la
brújula se me perdió entre las montañas de Phokara. Luego de la sorpresa volvió
el disfrute, el planear cerca de los verdes arboles y el gozar al ver a los
pájaros desde cerca en su hábitat natural.
El aterrizaje fue muy tranquilo, contrario a
lo que preveía. Luego del estado de excitación prácticamente generalizado de
quienes habíamos saltado, tomamos nuevamente la camioneta y partimos algunos
con destino al Hotel y otros camino al trecking en la montaña en donde pasarían
la noche.
Luego de la cena tomamos unas cuantas
cervezas al costado de la piscina con varios compañeros del grupo y luego de
filosofías varias fue tiempo de ir a dormir relativamente tarde para las horas
que venimos manejando por acá.
El día siguiente era tiempo de volver a
Kathmandú, punto de inicio y final en nuestra estadía en este país. Este año habían
dado la opción de hacerlo vía ómnibus, como era habitual en generaciones
anteriores, o bien tomar una avión que por unos cien dolares rapidamente
llegaría a la ciudad. Los motivos del cambio opcional de modalidad se centraban
en el temor de una ruta complicada para hacer vía terrestre por la presencia de
precipicios varios y formas de conducir inexplicables, y/o en ganar en tiempo
de descanso en un viaje de unas cuantas horas menos haciéndolo por aire. Opté
por ir en ómnibus, pensaba no ameritaba el gasto y que las complicaciones
muchas veces son barreras auto impuestas o generadas por las versiones,
comentarios, mitos o el famoso “me contaron que” sin demasiados argumentos.
Llegamos sanos y salvos, más allá de haber pasado grandes vehículos en repechos,
curvas, puentes, triple fila y ver una forma de conducir de la que debería
desarrollar una teoría profunda para intentar comprender o explicar.
A la noche, luego de la cena de rigor fue
tiempo de Evento del Grupo de Viaje en jardín del hotel. Música uruguaya y de otras latitudes, bebidas
varias, baile y baño en la piscina final, se puede decir que resumen la bonita
velada.
Partimos de Nepal con la idea de haber
conocido un país distinto, con mucho gris en la ciudad, y altos niveles de
pobreza generados como consecuencia de un sistema político corrupto e
ineficiente. Fuera del caos de la ciudad, a unos pocos kilómetros de distancia,
el país aloja paisajes increíbles, deslumbrantes, dignos de sueños de la
naturaleza tan querida y anhelada por personas acostumbradas al asfalto.
El color lo trae también mucha de su gente,
la que mantiene la llave de la esperanza y no se rinde a luchar por un futuro
mejor o disfrutar la vida a su manera. Como en todo el mundo, algunos la
pelean, otros simplemente se dejan estar asumiendo su realidad. Algunos viven,
otros sobreviven y algunos solamente se dejan morir. Siempre es más fácil
hablar de afuera, con ciertos valores inculcados desde pequeño y una realidad
socio económica del lugar en el que vivimos que ofrece otra esperanza a la cual
aferrarse muy distinta a la vimos en estos días aquí.
El deseo de un futuro mejor para este hermoso
país que tan bien nos ha recibido. Que el sol no se esconda tras el Himalaya
salvo para regalar ese hermoso momento que ofrece cada tanto una ves al día.
Gracias por abrirnos sus puertas.
Que gozado ese parapente brother! Siempre quise tirarme en algo así! De fiesta... dps que veo la gloriosa en la última foto me doy cuenta lo que quisiste hacer... que se vea la bandera flameando mientras volabas! Lástima no salió esa foto, hubiera estado muy buena.
ResponderEliminarSolo te falta el bunggie jumping para recibirte de hombre! quiero ver eso, seguro en algúm lugar va a haber. Unos copetes y arrancá!!
Que cara de desestess qeu tenes en la fotos lpqtp!!! jajajaj un abrazo! G.
Grande brother, a full ese parapente! Dejamos para mi vuelta a uruguay meter tirada en paracaídas que debe estar impresionanete!! El Bunggie no lo metí, quizás salga en otro lado, me arrepentí dps de no hacerlo. Eran 160 metros, tremendo!! La bandera flameó, grabé videos desde el aire que se ve bien y creo una compañera sacó alguna foto que tengo que procurar. Desestresado?? Salado, es increíbe esta experiencia en todo sentido.
EliminarVamo arriba, espero estén bien los dos por allá y aún no te hayan multado por exceso de velocidad a vos que te gusta pisar el acelerador!!
Abrazo grande!!
le va dar un infarto a papa y mama si seguis curtiendo deportes extremooooooooos!!! !
ResponderEliminaraJAjjAJajaJAJjaJajAJAjAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
Jajaja, ya me dijeron si! Ta todo bien, seguro es más peligroso meter 2 fines de semana seguidos ida al baci, jajaja. Mañana la montaña rusa más rapida del mundo en el Ferrari World en Abudabi. Esperemos esté el Diego para hacerle una visita!!
EliminarAbrazo grande brother!!!
sin dudas Broooooooooooo!!!
ResponderEliminarEse antro esta cada vez peor!
y lo frecuenté el Viernes!!!
EL sabado tuve como tus viejas epocas de cadaver en sofa!!!
Cuando vi la llamada perdida de ese nro larguisimooooo me queria cortar la poronga porque taba seguro habias llamadO!!! fuuuuuuuck all!!!