sábado, 23 de junio de 2012

Doceavo Destino - Chitwan, Nepal

Como es costumbre en el Grupo de Viaje, nos levantamos temprano en la mañana para desayunar  y luego estar partiendo con destino al Parque Chitwan del que nos separaban unas 6 horas de ruta. De camino a este lugar nos esperaba una de las actividades que más me entusiasmaba dentro de las opciones que el Grupo ofrece: el Rafting.

A lo largo del Río Trishuli recorrimos dieciocho kilómetros de rápidos, subidos en un gomón en el que viajábamos nueve personas remo en mano y deseosos de una buena dosis de adrenalina. Se conformaron al azar los equipos, en el nuestro predominaban las mujeres por lo que preveíamos un desgaste de energía mayor del esperado, más teniendo en cuenta que me tocó ir al frente del bote que es donde más se rema según decían los más experimentados en la materia. La realidad superó con creces mis expectativas iniciales, que eran altas, y por más de dos horas disfruté intensamente el navegar por el rió y los sacudones que las olas daban en algunos trayectos del viaje. En algunos tramos en el que las frías aguas eran más calmas se nos permitió darnos algunos chapuzones, los cuales se disfrutaban de sobre manera, tanto por el chapuzón refrescante en si como por el hecho de poder dejarse llevar por la fuerte corriente o la lucha para subir nuevamente al bote, que no era para nada sencillo. Arengamos por más velocidad, vivamos a la voz de “hard” que instruía nuestro capitán, barrenamos unas cuantas olas y hasta nos dimos tiempo para tirar a compañeros de otros botes o invadirlos con el espíritu pirata que ha muchos identifica aflorando. Terminamos bastante cansados, uno ya no es un pibe, pero respondimos a la exigencia.


Luego del esfuerzo aparcamos el gomón frente a un hotel, en el cual teníamos el almuerzo incluido de tipo buffet “coma hasta que pueda”. Lo arrasamos como es costumbre en todo buen uruguayo y dormimos placenteramente en ómnibus que transitaba la sinuosa y peligrosa ruta rumbo a Chitwan.

El Parque Nacional de Chitwan fue creado en el año 1973 y declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1984. Se dice habitan allí más de 600 especies de plantas y aves, 50 tipos de mamíferos y otros tantos de reptiles.

La primer impresión que tuvimos al llegar fue la de un calor sumamente sofocante, fácil había cuarenta grados que se hacían sumamente difícil de sobrellevar. Nos habían dividido en cuatro grupos para poder alojarnos en distintos hoteles y realizar las actividades en este lugar, ya que la escasa infraestructura de la zona hacía inviable que más de ciento cincuenta personas pudiésemos estar todas juntas en esta oportunidad. Se observaban elefantes transitando por las calles como si fuesen un vehículo más y abundaban los puestos que vendían artesanías o bebidas y comida de paso.

Dejamos las valijas en nuestro hotel, compré una cerveza local para refrescarme un poco del calor reinante y salimos a recorrer la zona, esperando poder ver el atardecer a orillas del Río Rapti. El sol se alcanzaba a vislumbrar tras las nubes, esperamos a su caída, para luego retornar a ver una danza típica y descansar relativamente temprano para afrontar una nueva jornada.

El segundo día aquí, marcaba que temprano en la mañana íbamos a realizar un safari por la zona selvática del Parque Chitwan sobre el lomo de un elefante. Algo novedoso para nosotros, dado que en nuestro país sólo podemos acceder a estos animales visitando el zoológico de Villa Dolores, y con la gran diferencia de en este caso tener contacto con ellos sin necesidad de rejas de por medio. Eramos cuatro personas sobre una montura, con una persona más del lugar, que era quien le daba instrucciones al elefante y lo conducía al lugar que pretendía llevarnos. En la selva resplandecen los diferentes matices de verde, altos arboles que dan una pequeña tregua al calor de la mañana y animales diversos como rinocerontes o ciervos. Por varios momentos nos cortamos solos, escapando de la hilera en procesión que seguían muchos de nuestros compañeros, logrando así introducirnos en zonas que parecían intransitables pero que el elefante logró abrirse paso y dándonos la posibilidad de huir un poco del ruido típico de muchedumbre uruguaya para poder percibir mejor el entorno magnífico en el que nos encontrábamos.

Luego de una hora de la colgada recorrida, partimos nuevamente al Río Rapti, pero en esta ocasión para darnos unos baños en él mismo ya cuando el mediodía se acercaba y la deshidratación empezaba a sentirse. Igualmente no era un baño convencional, los elefantes nuevamente decían presente ya que eran ellos quienes nos llevaban hasta el medio del río y nos dejaban caer desde su gran altura inclinando su cuerpo. Una experiencia sumamente divertida, rara, causal de muchas fotos y ciertos temores en cada caída. 



En la tarde fue tiempo de una serie de paseos que prometían más de lo que finalmente fueron. En primer lugar tomamos unas precarias canoas para recorrer el río, fundamentalmente en busca de poder ver alguna de las dos especies de cocodrilos que habitan en la zona, así como también para disfrutar el transitar por los paisajes que el lugar ofrecía. Sólo vimos un par de estos animales, amigos que tienen uno en el bolsillo ya había visto muchos en mi vida, pero estaban muy lejos y con gran parte de su cuerpo inmerso en el agua. Quizás debería sentirme afortunado de que así haya sido, de seguro con las escasa estabilidad que tenían estas grandes canoas seguramente hubiésemos caído al sólo roce de semejante animal. Probablemente caigamos en la ingenuidad muchas veces, no sólo aquí.

En segundo lugar íbamos a adentrarnos en la zona selvática, con promesas de poder ver animales salvajes tales como tigres de bengala, jaguares, leopardos, alguna que otra víbora como la pitón y algo más que el camino ofreciera. Nos habían pedido que no lleváramos vestimenta de colores llamativos para no ahuyentarlos, pero lo cierto es que más allá de ver compañeros con musculosas fluorescentes con la leyenda de "Full Moon Party” que supongo se vería más o menos 4 kilómetros de distancia, lo más destacable que vimos en todo el trayecto fueron unas termitas en un árbol (lo peor es que es verdad y el guía las mostraba orgulloso esperando algún gesto de asombro ante los bostezos de los presentes).

Al finalizar el paseo vimos lo mejor de la tarde, ya que visitamos un criadero de elefantes que generó hasta la ternura de los más recios, al ver sobre todo unos de pequeño tamaño, que se arrimaban hasta donde estábamos ubicados. Para el hinduismo, el elefante refleja buena suerte entre otras cosas. Horas más tarde les daría la razón.

La tarde caía y el clima futbolero se percibía en Chitwan. Día de final de campeonato uruguayo, el glorioso tricolor jugaba contra Defensor con estadio lleno y deseos de estar físicamente con mi gente, con mis hermanos, mi viejo.

El coordinador del viaje, Yamani, tiene fama por estos lares de gurú, mecías, de ser capaz de conseguir lo que quiera como por arte divina. Yo, nuevito en la vida del Grupo de Viaje, esperaba esta no fuese la excepción ya que había dicho haría lo posible porque consigamos verlo. Mientras tanto ya iba pensando en diferentes alternativas que me permitieran seguir el match desde un lugar del que parecía imposible hacerlo, algo había que inventar.

Hubo tiempo de previa. Atrincherados en una parte de nuestro hotel, un gran grupo de hermanos tricolores (más algún hincha de la bebida que hacía compañía) comenzamos con los cánticos previos mientras afinábamos nuestras gargantas con algún beberaje de turno. La fiesta comenzaba, las voces sonaban estruendosamente por todo el lugar, hasta que partimos con destino al hotel en que supuestamente iban a pasar el partido. Parecía como si la caravana saliese desde 8 de octubre y Jaime Cibils hasta la Colombes.  

El Gurú” no defraudó, no hubo selva capaz de frenar la pasión y ahí estábamos todos al firme, frente a un proyector, pantalla gigante y la bandera de las cabalas flameando esperando por un nuevo título. El resultado ya es sabido, Nacional Bi Campeón Uruguayo, picadita del Chino y festejos de un día que nunca me voy a olvidar en mi vida. Al retornar a nuestro hotel, tarde en la madrugada, escribí una pequeña crónica en “Decano.com”, la página por excelencia del hincha tricolor y de las más visitadas del Uruguay. La misma fue puesta luego en portada y objeto de una gran cantidad de comentarios tanto de personas que estaban en mi país, como en el viaje. La transcribo ya que creo es el reflejo más fiel de ese momento, de lo sentimientos que afloraban en ese preciso instante en que el sueño era inconciliable y la alegría desbordaba la hermosa noche nepalí:

"¿Cómo explicar lo que se siente? 3 de la mañana en medio de la selva en Nepal, festejando en calles desiertas y en avanzado estado de embriagués un nuevo titulo, el bicampeonato que la historia esperaba ponerle nuestro nombre; el del Club Nacional de Football.
En estos momentos, como pasó en el último clasico, es cuando más comprendo a todos nuestros compañeros que comparten la misma adhesión y pasión, y que por diversos motivos han dejado el Uruguay. El amor, el sufrimiento a flor de piel, las ganas de estar y la alegría de seguir estando.

Las barreras se derriban, el grito de gol del chino y el "dale campeón" atraviesan los continentes y de seguro me encuentra abrazado con mis hermanos,con mi viejo y amigos en la vieja y querida Amsterdam en la que la peota besó la red por última ves en este Uruguayo 2011-2012

Las distancias se acortan, la pasión está intacta. Desde Asia sosteniendo la bandera del amor a tres colores: rojo, azul y blanco.

No hay palabras que lo describan, simplemente estamos todos. En las cuatro tribunas y en cada rincón del mundo. Con una radio, internet o conexión a algun cable. No importa como, pero ahí estamos, felices por un nuevo logro y haciendo rituales diversos para celebrar desde el rincón más lejano este momento de comunión en nuestra propia religión.

Dedicado a todos los uruguayos que están por el mundo festejando este bi campeonato... la alegría es siempre tricolor.
¡Salud campeón!"


1 comentario:

  1. GOZADO ESos rápidos Bro!
    debe estar de la puta madre!!!
    y los elefantes me vuelan la nukaaaaaaaaaaaaa!!!

    buenísimas fotos !
    de lo del Nacional Sin Palabras! Una locura tar festejando en Nepal! Proyector, los locales no entenderían un sorongo!!!
    vamo arriba Broooooooo!!!!

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