Como
es costumbre en el Grupo de Viaje, nos levantamos temprano en la
mañana para desayunar y luego estar partiendo con destino al
Parque Chitwan del que nos separaban unas 6 horas de ruta. De camino
a este lugar nos esperaba una de las actividades que más me
entusiasmaba dentro de las opciones que el Grupo ofrece: el Rafting.
A
lo largo del Río Trishuli recorrimos dieciocho kilómetros de
rápidos, subidos en un gomón en el que viajábamos nueve personas
remo en mano y deseosos de una buena dosis de adrenalina. Se
conformaron al azar los equipos, en el nuestro predominaban las
mujeres por lo que preveíamos un desgaste de energía mayor del
esperado, más teniendo en cuenta que me tocó ir al frente del bote que es
donde más se rema según decían los más experimentados en la
materia. La realidad superó con creces mis expectativas iniciales,
que eran altas, y por más de dos horas disfruté intensamente el
navegar por el rió y los sacudones que las olas daban en algunos
trayectos del viaje. En algunos tramos en el que las frías aguas
eran más calmas se nos permitió darnos algunos chapuzones, los
cuales se disfrutaban de sobre manera, tanto por el chapuzón
refrescante en si como por el hecho de poder dejarse llevar por la
fuerte corriente o la lucha para subir nuevamente al bote,
que no era para nada sencillo. Arengamos por más velocidad, vivamos
a la voz de “hard” que instruía nuestro capitán, barrenamos
unas cuantas olas y hasta nos dimos tiempo para tirar a compañeros
de otros botes o invadirlos con el espíritu pirata que ha muchos
identifica aflorando. Terminamos bastante cansados, uno ya no es un
pibe, pero respondimos a la exigencia.
Luego
del esfuerzo aparcamos el gomón frente a un hotel, en el cual
teníamos el almuerzo incluido de tipo buffet “coma hasta que
pueda”. Lo arrasamos como es costumbre en todo buen uruguayo y
dormimos placenteramente en ómnibus que transitaba la sinuosa y peligrosa ruta rumbo a
Chitwan.
El
Parque Nacional de Chitwan fue creado en el año 1973 y declarado
Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1984. Se dice habitan
allí más de 600 especies de plantas y aves, 50 tipos de mamíferos
y otros tantos de reptiles.
La
primer impresión que tuvimos al llegar fue la de un calor sumamente
sofocante, fácil había cuarenta grados que se hacían sumamente
difícil de sobrellevar. Nos habían dividido en cuatro grupos para
poder alojarnos en distintos hoteles y realizar las actividades en
este lugar, ya que la escasa infraestructura de la zona hacía
inviable que más de ciento cincuenta personas pudiésemos estar
todas juntas en esta oportunidad. Se observaban elefantes transitando
por las calles como si fuesen un vehículo más y abundaban los
puestos que vendían artesanías o bebidas y comida de paso.
Dejamos
las valijas en nuestro hotel, compré una cerveza local para
refrescarme un poco del calor reinante y salimos a recorrer la zona,
esperando poder ver el atardecer a orillas del Río Rapti. El sol se
alcanzaba a vislumbrar tras las nubes, esperamos a su caída, para
luego retornar a ver una danza típica y descansar relativamente
temprano para afrontar una nueva jornada.
El
segundo día aquí, marcaba que temprano en la mañana íbamos a
realizar un safari por la zona selvática del Parque Chitwan sobre el
lomo de un elefante. Algo novedoso para nosotros, dado que en nuestro
país sólo podemos acceder a estos animales visitando el zoológico
de Villa Dolores, y con la gran diferencia de en este caso tener
contacto con ellos sin necesidad de rejas de por medio. Eramos cuatro
personas sobre una montura, con una persona más del lugar,
que era quien le daba instrucciones al elefante y lo conducía al
lugar que pretendía llevarnos. En la selva resplandecen los
diferentes matices de verde, altos arboles que dan una pequeña
tregua al calor de la mañana y animales diversos como rinocerontes o
ciervos. Por varios momentos nos cortamos solos, escapando de la
hilera en procesión que seguían muchos de nuestros compañeros,
logrando así introducirnos en zonas que parecían intransitables
pero que el elefante logró abrirse paso y dándonos la posibilidad
de huir un poco del ruido típico de muchedumbre uruguaya para poder
percibir mejor el entorno magnífico en el que nos encontrábamos.
Luego de una hora de la colgada recorrida, partimos nuevamente al Río Rapti, pero en esta ocasión para darnos unos baños en él mismo ya cuando el mediodía se acercaba y la deshidratación empezaba a sentirse. Igualmente no era un baño convencional, los elefantes nuevamente decían presente ya que eran ellos quienes nos llevaban hasta el medio del río y nos dejaban caer desde su gran altura inclinando su cuerpo. Una experiencia sumamente divertida, rara, causal de muchas fotos y ciertos temores en cada caída.
En
la tarde fue tiempo de una serie de paseos que prometían más de lo
que finalmente fueron. En primer lugar tomamos unas precarias canoas
para recorrer el río, fundamentalmente en busca de poder ver alguna
de las dos especies de cocodrilos que habitan en la zona, así como también para
disfrutar el transitar por los paisajes que el lugar ofrecía. Sólo
vimos un par de estos animales, amigos que tienen uno en el bolsillo
ya había visto muchos en mi vida, pero estaban muy lejos y con gran
parte de su cuerpo inmerso en el agua. Quizás debería sentirme
afortunado de que así haya sido, de seguro con las escasa
estabilidad que tenían estas grandes canoas seguramente hubiésemos
caído al sólo roce de semejante animal. Probablemente caigamos en
la ingenuidad muchas veces, no sólo aquí.
En
segundo lugar íbamos a adentrarnos en la zona selvática, con
promesas de poder ver animales salvajes tales como tigres de bengala,
jaguares, leopardos, alguna que otra víbora como la pitón y algo
más que el camino ofreciera. Nos habían pedido que no lleváramos
vestimenta de colores llamativos para no ahuyentarlos, pero lo cierto
es que más allá de ver compañeros con musculosas fluorescentes
con la leyenda de "Full Moon Party” que supongo se vería más o menos 4
kilómetros de distancia, lo más destacable que vimos en todo el
trayecto fueron unas termitas en un árbol (lo peor es que es verdad
y el guía las mostraba orgulloso esperando algún gesto de asombro
ante los bostezos de los presentes).
Al finalizar el paseo vimos lo
mejor de la tarde, ya que visitamos un criadero de elefantes que
generó hasta la ternura de los más recios, al ver sobre todo unos de pequeño tamaño, que se arrimaban hasta donde estábamos ubicados. Para el
hinduismo, el elefante refleja buena suerte entre otras cosas. Horas
más tarde les daría la razón.
La
tarde caía y el clima futbolero se percibía en Chitwan. Día de
final de campeonato uruguayo, el glorioso tricolor jugaba contra
Defensor con estadio lleno y deseos de estar físicamente con mi
gente, con mis hermanos, mi viejo.
El
coordinador del viaje, Yamani, tiene fama por estos lares de gurú,
mecías, de ser capaz de conseguir lo que quiera como por arte
divina. Yo, nuevito en la vida del Grupo de Viaje, esperaba esta no
fuese la excepción ya que había dicho haría lo posible porque
consigamos verlo. Mientras tanto ya iba pensando en diferentes
alternativas que me permitieran seguir el match desde un lugar del
que parecía imposible hacerlo, algo había que inventar.
Hubo
tiempo de previa. Atrincherados en una parte de nuestro hotel, un
gran grupo de hermanos tricolores (más algún hincha de la bebida
que hacía compañía) comenzamos con los cánticos previos mientras
afinábamos nuestras gargantas con algún beberaje de turno. La
fiesta comenzaba, las voces sonaban estruendosamente por todo el lugar, hasta que
partimos con destino al hotel en que supuestamente iban a pasar el
partido. Parecía como si la caravana saliese desde 8 de octubre y Jaime Cibils
hasta la Colombes.
“El
Gurú” no defraudó, no hubo selva capaz de frenar la pasión y ahí
estábamos todos al firme, frente a un proyector, pantalla gigante y
la bandera de las cabalas flameando esperando por un nuevo título.
El resultado ya es sabido, Nacional Bi Campeón Uruguayo, picadita del Chino y festejos
de un día que nunca me voy a olvidar en mi vida. Al retornar a
nuestro hotel, tarde en la madrugada, escribí una pequeña crónica
en “Decano.com”, la página por excelencia del hincha tricolor y
de las más visitadas del Uruguay. La misma fue puesta luego en
portada y objeto de una gran cantidad de comentarios tanto de
personas que estaban en mi país, como en el viaje. La transcribo ya
que creo es el reflejo más fiel de ese momento, de lo sentimientos
que afloraban en ese preciso instante en que el sueño era
inconciliable y la alegría desbordaba la hermosa noche nepalí:
"¿Cómo explicar lo que se siente? 3 de la mañana en medio de la selva en Nepal, festejando en calles desiertas y en avanzado estado de embriagués un nuevo titulo, el bicampeonato que la historia esperaba ponerle nuestro nombre; el del Club Nacional de Football.
En estos momentos, como pasó en el último clasico, es cuando más comprendo a todos nuestros compañeros que comparten la misma adhesión y pasión, y que por diversos motivos han dejado el Uruguay. El amor, el sufrimiento a flor de piel, las ganas de estar y la alegría de seguir estando. Las barreras se derriban, el grito de gol del chino y el "dale campeón" atraviesan los continentes y de seguro me encuentra abrazado con mis hermanos,con mi viejo y amigos en la vieja y querida Amsterdam en la que la peota besó la red por última ves en este Uruguayo 2011-2012
Las distancias se acortan, la pasión está intacta. Desde Asia sosteniendo la bandera del amor a tres colores: rojo, azul y blanco.
No hay palabras que lo describan, simplemente estamos todos. En las cuatro tribunas y en cada rincón del mundo. Con una radio, internet o conexión a algun cable. No importa como, pero ahí estamos, felices por un nuevo logro y haciendo rituales diversos para celebrar desde el rincón más lejano este momento de comunión en nuestra propia religión.
Dedicado a todos los uruguayos que están por el mundo festejando este bi campeonato... la alegría es siempre tricolor.
¡Salud campeón!"
GOZADO ESos rápidos Bro!
ResponderEliminardebe estar de la puta madre!!!
y los elefantes me vuelan la nukaaaaaaaaaaaaa!!!
buenísimas fotos !
de lo del Nacional Sin Palabras! Una locura tar festejando en Nepal! Proyector, los locales no entenderían un sorongo!!!
vamo arriba Broooooooo!!!!