martes, 12 de junio de 2012

Onceavo Déstino - Bangkok, Tailandia

El itinerario marcaba un cambio en la modalidad grupal en la que nos veníamos moviendo en todos estos meses de viaje. Abandonábamos los grandes grupos, para realizar Bangkok siendo sólo cuatro personas: Siraco, Vale, Ceci y quien escribe. Muchos de nuestros compañeros ingresarían al Grupo de Viaje en esta ciudad, por lo que dada nuestra intensión  de entrar recién en Nepal, decidimos hacer este destino en carácter libre y postergar por unos días más nuestro ingreso a la vida multitudinaria y estructurada que probablemente implique estar en el Grupo propiamente dicho.

Salimos del Hostel a las 5 de la mañana entre lagañas y bostezos con destino al Aeropuerto de Hanoi, desde el cual tomaríamos un vuelo que nos dejaría horas más tarde en la “Ciudad del Pecado”, como se la conoce también por estas latitudes. La información escaseaba, las incógnitas eran muchas, la fama de tranfugas de los Tailandeses había llegado a nuestros oídos antes del viaje y se afirmaba con cuentos de viajeros de diversas nacionalidades con los cuales intercambiamos charlas durante estos meses por el mundo. Mitos de calles abarrotadas de Lady Boys y una potencial reversión de la película "Hangover 2" ("Que pasó ayer 2?") se vislumbraban en el horizonte, por lo que partimos con “una mano atrás y otra adelante”, como dice el viejo dicho, a recorrerla en escasos dos días.

Llegamos al inmenso aeropuerto de Bangkok y nos sorprendió su tamaño, deseando sea el único tamaño que nos impresionara en esta estadía. Quisimos tomar un taxi hasta el hospedaje que habíamos reservado la noche anterior a través de Hostel World, pero el costo que nos ofrecían en las inmediaciones era el doble del que sabíamos teníamos que pagar para llegar hasta allí. Ante la negativa de dejarnos afanar por el primer tailandés que nos cruzamos, en este caso tachero o gente vinculada a ellos, decidimos iniciar gestiones para conseguir traslado con la gente del Hostel que sabíamos ofrecían algo del estilo. Las mismas finalmente dieron sus frutos y nos llevaron tempranamente a conocer un personaje local que nos fue de gran ayuda en estos días, de nombre Ken (o Kent, Quen, Que o algo del estilo que tenía ese sonido). El veterano nacido en Tailandia, pero radicado muchos años en París, era amante del tango, principiante bailarín de salsa y curiosamente escucha de José Luis Perales (vaya uno a saber por qué un tailandés se puede llegar a colgar con temas como "El velero llamado libertad" "Y como es el" o "Que canten los niños". Hay gente rara en Tailandia eh). Nos dejó en su Hostel, “Merlín Lodge”, el cual no era muy céntrico que digamos y tenía un recepcionista que hablaba una lengua indescifrable y por supuesto, cero inglés. Sólo atinaba a repetir la última palabra que uno le decía.
Por ejemplo:
Pregunta:"Tenés Wi fi?"
Respuesta: "Wai Fai, Wai Fai".
Pregunta 2: "Do you know the Passworld?".
Respuesta 2: "Passworld Passworld". 
Pregunta 3 (viendo que tenía una camiseta de futbol de un cuadro supuestamente local): "Like Soccer friend?"
Respuesta 3: Soccer Friend Soccer Friend.
Una especie de eco viviente que hacía improductiva todo tipo de charla y que sería similar a poner a un mudo a vender productos cosméticos vía telefónica o algo del estilo en nuestro país. Más allá de esto, el hostel tenía la ventaja de encontrarse pegado a una estación del metro, lo cual es sumamente importante para movilizarse en esta ciudad, fundamentalmente dadas las grandes distancias que separan a un punto y otro de la misma. Además también valorar al amigo Ken, que nos pasó una gran cantidad de piques para movernos aquí y tenía excelente onda con nosotros.

Temprano en la tarde recorrimos la zona de shoppings, en donde uno pegado al otro debía haber no menos de 6 o 7 de gran dimensión. Los que me conocen sabrán de mi poco gusto por este tipo de paseos. Realmente me embola bastante transitar horas y horas sin un destino fijo por un lugar cerrado, lleno de gente. Deambular como vieja dominguera por tiendas en las cuales es altamente improbable que pueda comprar algo, y encima efectivamente verificar que no compré nada en toda mi estadía allí de unas cuantas horas. Igualmente debo confesar que mal no la pasé, creo que siempre en buena compañía los contextos y lugares quedan en un segundo plano. Además, para otra instancia de visita a estos centros comerciales le encontramos la vuelta con Siraco para hacerlo mas ameno: tomar unas cuantas cervezas antes, durante y después de la recorrida "shoppingistica". Este liquido espirituoso logró generar cierta deshinibición en nosotros, lo cual nos llevó a comprar unas cuantas cosas, probablemente algunas absurdas e innecesarias, dialogar entretenidamente con los vendedores y pasar un rato muy agradable en estos lugares que antes me resultaban esquivos. Recién ahora se puede decir que entiendo que hacen los planchas en el Montevideo Shopping todos los domingos. Gracias viaje.

Cómo no sólo de compras vive el hombre, menos la mujer, dedicamos también tiempo a otros paseos culturales, y otros no tanto. Visitamos un bonito parque que ofrecía navegar a bordo de unas lanchas con forma de pato por un lago de la zona (es en serio, no se crean estoy bajo el efecto de ningún estupefaciente "made in Thailand" al escribir estas lineas). Algo así como las lanchitas del Parque Rodó, en versión tailandesa y paseando por un entorno sumamente agradable para la vista. Más tarde volvimos a la zona de Shoppings para cenar algo en un lugar nuevo llamado "Mc Donalds", o algo así, y presenciamos en la explanada del centro comercial un encuentro de Skaters, deportes extremos, Break Dance, Música electrónica, Rap, etc, que estuvo bastante pintoresco y divertido.

El segundo día en Bangkok, bote de por medio, fuimos a visitar la zona en que se encuentra el Palacio Real, el Buda inclinado, de plata, esmeralda, oro, bronce, que fuma, bebe, come y alguna otra variedad más de Buda que me pareció escuchar al pasar había por allí. Sinceramente no me llamaba mucho la atención nada de esto, creo que llega un punto en el que muchas cosas me empiezan a parecer más de lo mismo, se repiten y pierden el encanto que probablemente tendrían si recién empezara el viaje en estos días.



Camino al Palacio estuvimos muy cerca de ser estafados por un “Tranfuga” local, disfrazado con remera que decía “Policía Turística”, el cual nos interceptó a mitad de camino con alguna burda excusa que de momento no recuerdo. En escasos minutos nos hizo una extensa “zanata” de cuidados que debíamos tener al caminar por allí, que no perdiésemos tiempo en ir al Palacio Real ya que ese día no abriría por motivos religiosos, nos pidió un mapa, y en él nos marcó una serie de puntos a visitar los cuales curiosamente no tenían la más mínima referencia de las maravillas que nos contaba existían en el mismo. Su sonrisa resplandecía como el sol del verano, e imnediatamente paró un Tuk tuk para que nos llevara a los lugares que los mapas no mostraban y que sólo privilegiados como nosotros íbamos a tener la oportunidad de conocer gracias a su desinteresado acto de amor y bondad. Nos miramos, le agradecimos su buena voluntad y gesto, pero le dijimos que preferíamos caminar por la nuestra un rato por la zona y que en todo caso más tarde veíamos de ir a esos lugares. Su cara se desdibujó inmediatamente ante la negativa, pasando de ser Mister Simpatía a Droopy como por arte de magia. Luego al caminar por el palacio, que obviamente estaba abierto, por los altoparlantes alertaban de este tipo de hechos y sujetos que andaban por las inmediaciones. Zafamos. 

 

A la noche visitamos la zona donde está el “reviente” nocturno de la ciudad, en donde abundaban los “Pussy Shows”, prostíbulos, travestis y prostitutas callejeras de dudosa sexualidad. Quizás sólo con haber puesto que había “travestis” era suficiente, pero ante la falta de evidencias y comprobación empírica de esto, es preferible dejar planteada la incógnita para futuros viajeros que ronden por estas tierras. Cenamos en la zona, tomamos unas birritas más y partimos con la incógnita de saber que pasaba dentro de esos locales en los cuales asomaba diversa fauna montada a caños por doquier y música electrónica al mango. Dejamos la revancha para Phuket, la crónica estará presente.



5 comentarios:

  1. mi loco se te extraña!! Dejaremos las crónicas de la zona roja para cuando vuelvas. Seguro en alguna futura reunión algún amigo en común pedirá más detalles. Je je. bueno vamos la blanca el domingo que damos la vuelta. Voy con papá y Fede a la Amsterdam. Abrazo de gol. Germán

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  2. tas vago en junio eh!!! solo 2 posteos jaja vamos por el bi!!! bicampeonato, hay que aclarar porque con el ultimo posteo capaz que se mal entiende mi comentario...
    German: anda el sabado! yo ya tengo la tribuna de la sombra

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  3. Bro decime qe la descansaste a la pajera de la recepcionista!
    Guille:"tenés Wai fi IMBECIL???"
    Recepcion:"IMBECIL IMBECIL , wai fai"
    G: "Sos pelotuda???
    R: "Pelotuda pelotuda"
    G: "DAME LA llave 103 BOLUDA AL CUBO"
    e: "BOLUDA AL CUBO 103,103"
    G:"GRACIAS LA CCCCCCCCCC........ DE TU MADRE"
    R: "CCCC DE TU MADREEEEE 103, 103 "
    JAjaJJAjaJAjjajaajjaAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA

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  4. Bo anda pensando en dejar la chela que vas a tener que pagar extra luggage!

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  5. Malcom: Vamos pa a la amsterdam con mi viejo y mi hermano. Tribuna que nunca debimos haber entregado a los mata familia. Dejame tu cel que no lo tengo y de ultima nos tomamos una dps si damos la vuelta. Vamos la blanca!

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